28 Enero de 2019 12:00
El Papa Francisco volvió a pronunciarse sobre la grave situación que sacude a Venezuela. En su regreso de Panamá, a donde participó de las jornadas de la Juventud, aseguró que teme un “posible derramamiento de sangre en Venezuela”. Antes ya había llamado a “una solución justa y pacífica para superar la crisis”.
Francisco había evitado pronunciarse al respecto de la situación en Venezuela durante la semana pasada, hasta que el fin de semana sostuvo que era necesario encontrar una solución “justa y pacífica”.
Ahora, dijo que teme que la situación vire hacia más violencia en las calles. Hasta ayer, ya había 29 muertos y más de 300 heridos por las protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro, y luego de la autoproclamación de Juan Guaidó como jefe de Estado.
Francisco, en el vuelo de regreso de Panamá a Roma.
“Yo sufro por lo que está pasando en Venezuela. Deseo que se pongan de acuerdo, una solución justa y pacífica. El problema de la violencia a mí me aterra, si necesitan ayuda, que la pidan”, remarcó Francisco en el vuelo de regreso desde Panamá hacia Roma. Instó a “la grandeza de los que pueden ayudar a resolver el problema”.
De todos modos, y a diferencia de una alta cantidad de países, el Papa evitó pronunciarse respecto a un posible respaldo del Estado Vaticano al autoproclamado presidente Guaidó, tal como ya hicieron los Estados Unidos, Argentina y Brasil, entre otros. “Sería una imprudencia pastoral, haría daño ponerse de la parte de unos países o de otros”, remarcó Francisco.
En Venezuela, buena parte de la Iglesia Católica se expresó a favor de Guaidó, que semanas atrás había dicho que la Iglesia católica sería “parte fundamental para el rescate y la reconstrucción de la mejor Venezuela en un Gobierno de transición”.
Francisco dijo que respalda a “todo el pueblo venezolano que está sufriendo”. “Si yo entrara a decir hagan caso a estos países o a estos otros me metería en un rol que no conozco”, señaló el Papa.