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El rescate de los niños tailandeses atrapados en una cueva podría demorar varios meses

Hace diez días 12 chicos y su profesor se metieron en una caverna subterránea que se inundó luego de una fuerte tormenta, quedando prisioneros

03 Julio de 2018 17:21
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Tras haber sido encontrados con vida, el profesor y los 12 niños tailandeses que quedaron atrapados en una cueva llena de agua hace diez días, ahora enfrentan otra difícil prueba ya que su rescate podría demorar meses.

Según indicaron los medios locales los equipos de salvamento buscan la manera más "segura" de rescatarlos, dado que se encuentran atrapados bajo numerosos y estrechos pasadizos inundados a lo largo de la cueva de unos 10 kilómetros de longitud y frecuentes cambios de nivel. 

"Tratar de llevar a no buceadores a través de la cueva es una de las de las situaciones más peligrosas posibles, incluso si es relativamente fácil", apunta Anmar Mirza, un voluntario que lideró la misión, según relata el diario "Bangkok Post". 

Los niños se encuentran cuatro kilómetros adentro de la cueva, rodeados de agua.

Desde el sábado 23, cuando se dio el alerta sobre el grupo extraviado, unos 1.300 efectivos participan de las tareas de búsqueda y rescate en la gruta del parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, cerca de la frontera entre Tailandia y Birmania. 

Los chicos de entre 11 y 16 años se encontraban allí haciendo un entrenamiento, cuando los sorprendió una lluvia que inundó la caverna y los dejó dentro.

Dos buzos lograron llegar en la noche del domingo al lugar donde se refugiaron los chicos, los cuales se encontraban muy delgados y llenos de barro, aunque sin ningún problema de salud serio.

Los niños agradecieron la llegada de los equipos de salvamento y preguntaron "¿Qué día es hoy?" antes de pedir comida: "¡Tenemos hambre!". 

Recibieron alimento y líquido de alto contenido protéico. 

"Ustedes son muy fuertes (...) mucha, mucha gente está viniendo. Nosotros somos los primeros", dijo uno de los miembros de rescate para darles ánimo. 

El grupo estaba se encontraba refugiado en un terreno elevado, aunque muy cerca del agua que inunda los pasadizos y cuatro kilómetros de la salida de la cueva.

La región sigue siendo azotada por las lluvias y hasta el momento se utilizaron unas 20 bombas de extracción para reducir el nivel del agua de las zonas más anegadas.

Los familiares se mantienen en vigilia junto a la cueva.

Se presume que una de las opciones para liberarlos sería que salgan de allí bucenado, algo complicado para quien nunca realizó esta actividad, además de que la cueva tiene canales pequeños. Por eso se cree que deberían enseñarles y ese proceso podría llevar varias semanas.