La desaparición de Aiko Tamura, una joven que había expresado abiertamente sus tendencias suicidas vía Twitter llevó al descubrimiento de una sorprendente trama de homicidio en Japón.
Shiraishi al momento de ser detenido.
Buscando esclarecer el caso, el hermano de Aiko entró a su cuenta en la red social y encontró sospechosos mensajes entre ella y Takahiro Shiraishi, un hombre de 27 años.
La policía, alertada, comenzó a examinar grabaciones de cámaras de seguridad hasta hallar a la joven en compañía del sospechoso. Al presentarse en su hogar, se toparon con un cuadro macabro: nueve cadáveres y varias heladeras portátiles con restos humanos, incluyendo las cabezas de dos mujeres.
Allegados a las víctimas dejaron sus homenajes florales en la puerta del edificio donde vive el asesino.
Los vecinos del homicida señalaron que jamás escucharon ruidos extraños provenientes del departamento donde vivía, aunque uno de ellos admitió haber notado un "olor raro, como a alcantarilla".
Confesión
Shiraishi confesó sin ningún tipo de resistencia el asesinato de Aiko. "La asesiné y lo hice solo. Luego de charlar de asuntos personales, aproveché la oportunidad de matarla cuando la vi con la guardia baja", señaló.
El asesino, además, confesó el asesinato de ocho mujeres más y de un hombre, todos de entre 16 y 26 años. Según explicó, tenía como blanco a personas que expresaban deseos suicidas en redes sociales.
Así, se acercaba a ellos ofreciéndoles diálogo y comprensión, y luego los invitaba a su departamento para, de acuerdo a su declaración "ayudarlos a quitarse la vida". Sin embargo, se sospecha que sus motivos principales eran el robo y el abuso sexual.