Las autoridades mexicanas permitieron el ingreso de algunos periodistas al túnel por el cual Joaquín “El Chapo” Guzmán escapó de la cárcel de máxima seguridad Altiplano y se convirtió, otra vez, en uno de los criminales más buscados del mundo.
Entre los que pudieron visitar el lugar estuvo Daniel Hernández, de Vice.com, que describe el lugar como “un edificio de bloques de cemento abandonado, con techo de metal y suelo de tierra. Hay una carretilla llena de tierra, viejas láminas oxidadas de alambre paradas como columnas, montones de materiales de construcción y algunos tendederos”.
La descripción es minuciosa: “Cerca de una pared, hay una entrada rectangular tallada con vigas de madera en el suelo, lo suficientemente ancha como para que los hombros de un adulto sean llevados hacia una escalera de madera. Unos peldaños llevan al visitante a justo por debajo del nivel del suelo; allí se descubre que en realidad se trata de una zanja con un techo de madera y tierra encima”.
La polea y el regulador que describe el periodista de Vice, quien recorrió el kilómetro y medio del túnel.
Ése es el primer nivel, el piso de la construcción que facilitó el escape del líder del Cartel de Sinaloa. El cronista continúa descendiendo dentro del suelo y describe cómo es a medida de que se interna en la profundidad:
“El segundo nivel es una estructura de madera con otra escalera del mismo material montada, firmemente, en una pared de tierra. Justo por encima hay una polea mecánica que debió de haber sido utilizada para levantar los escombros de la excavación. Una vía de descenso de aproximadamente siete metros lleva al visitante al túnel de un kilómetro y medio de largo”.
Un policía en traje forense guía a los periodistas en el recorrido por el túnel.
El Chapo, quien escapó por esa construcción subterránea, también es considerado responsable de una red de túneles a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, junto con al menos 80 miembros identificados por la agencia de Inmigración y Control de Aduanas vinculados al cártel. A través de esos caminos construidos trafican la droga.
En México, la prensa lo llama “El Señor de los Túneles”.
En el primer nivel de construcción aún hay escombros utilizados por el Chapo en su escape.
El túnel mide 1.425 metros de largo y tiene una altura que le permitió al Chapo transitarlo parado: el capo narco mide 1.65.
“Unos clavos sobresalen de la tierra húmeda del techo, y agujeros profundos y dispersos marcan las paredes irregulares -describe el periodista-. Los investigadores afirmaron que no podían explicar el porqué de los clavos y agujeros, pero dijeron que podría denotar el uso de maquinaria pesada en la construcción del túnel”.
La moto usada en el escape no tiene rueda delantera y utiliza motor a nafta o sistema de bicicleta.
El Chapo escapó arriba de una ingeniosa moto. Según el cronista: “La motocicleta modificada se montó en una barandilla de metal y presumiblemente fue utilizada durante la construcción del túnel para apartar toneladas y toneladas de tierra”.
Como curiosidad, “no tiene neumático delantero y utiliza tanto un motor de gasolina como un mecanismo de bicicleta para moverse hacia atrás y hacia adelante. Las autoridades dicen que Guzmán rompía bombillas del túnel en el camino para oscurecer la ruta de acceso a cualquier persona que lo persiguiera”.