06 Junio de 2016 15:47
En una elección donde se dirime que tan a la derecha girará Perú, y con un sangriento fantasma del pasado llamado Alberto Fujimori encarnado, el economista de centro-derecha Pedro Pablo Kuczynski supera por sólo unos 100.000 votos a su rival, la populista, también de derecha, pero más, Keiko Fujimori, en el escrutinio de la elección presidencial.
El "gringo" Kuczynsnky acaricia el triunfo.
Se espera que recién el miércoles o jueves haya resultados definitivos, pese a que ya se escrutaron más del 92% de los votos: la diferencia entre los postulantes es 0,64 puntos porcentuales.
Fujimori llevaba ventaja hasta hace días.
El candidato del partido Peruanos por el Kambio (PKK) obtenía el 50,32%, con el apoyo de todos los partidos, incluso los de izquierda, contra 49,68% para la aspirante de Fuerza Popular (FP) e hija de Alberto Fujimori, según los últimos resultados difundidos por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
En Lima, la mayor plaza electoral del país con casi dos tercios de los votantes, ganó Kuczynski por un estrecho margen de 0,2 puntos porcentuales. Hasta el momento, ninguno de los contendientes se ha atribuido la victoria ni ha reconocido la derrota, aunque los candidatos a la vicepresidencia de Kuczynski, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, llaman a una coalición con cierta cabida para los fujimoristas, que controlan 73 de los 130 escaños del congreso, deslizando así la certeza de su seguro triunfo.
Ya se habla de una suerte de coalición encabezada por "el gringo".
Lo cierto es que hoy Perú es una sociedad polarizada y fracturada. "Vamos a tener un gobierno de consenso, no más pugnas ni enfrentamiento", dijo Kuczynski el domingo al dirigirse a sus simpatizantes, conciente de los retos urgentes que lo aguardan, como la inseguridad -principal problema para el 70% de los peruanos-, los conflictos sociales que genera la minería, la informalidad laboral, una de las más altas del mundo, la desigualdad y la burocracia
Desigualdad social y delincuencia, un reto para el gobierno.
El rechazo al pasado sangriento y corrupto
Fue presidente 10 años con apoyo popular y de las FF.AA.
La casi segura victoria de Kuczynski muestra el feroz rechazo que genera todavía en la mitad del país la familia Fujimori, que ha marcado de una forma u otra casi tres décadas de la vida política del país, tras el autocrático régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), quien purga una pena de 25 años de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Alberto Fujimori en su ocaso, preso y resignado.
Durante esos años se denunciaron compras de voluntades, asesinatos políticos, saqueo a las arcas del Estado y toda clase de delitos, encarnados en el presidente que, acorralado, huyó a Japón desde donde renunció vía fax. Luego sería juzgado y condenado en su país. Su caballito de batalla o excusa eras la lucha contra el comunismo y el terrorismo.
Alberto Fujimori junto a su hija y candidata Keyko.
A lo largo de esta campaña electoral de más de cinco meses, el núcleo duro del antifujimorismo tampoco ha bajado los brazos. La semana pasada hubo nuevas manifestaciones en todo el país para rechazar la vuelta de un Fujimori al poder. La campaña de miedo y las encuestas, que daban como favorita a la hija de Fujimori, favoreció la corriente para frenar su paso.
Su juicio fue escandaloso.
El "gringo" Kuczynski recibió el apoyo de la mayoría de los candidatos que quedaron excluidos en la primera vuelta, entre otros la líder de la izquierda Verónika Mendoza. Esta es la segunda vez que Keiko Fujimori, de 41 años, se quedaría a las puertas de la presidencia tras partir como favorita en las encuestas.
El economista revertió la elección en pocos días. Campaña de miedo.
En las pasadas elecciones de 2011, perdió ante el presidente saliente Ollanta Humala. En esa votación, Kuczynski quedó en tercer lugar.