18 Octubre de 2018 15:35
"Escuchen música, porque es relajante y a mí me ayuda mucho cuando hago este trabajo". Lo dijo con tono calmo, como un docente que le está dando una clase a sus alumnos. El que habla, dicen, es Salah Tabiqi, el jefe de Patología Forense de Arabia Saudita, mientras descuartiza, vivo, al periodista Jamal Khashoggi.
Lo escuchan, atentos pero sin dejar de hacer su trabajo, los 14 agentes de inteligencia que participan de la siniestra tarea en el consulado saudí en Estambul, Turquía. Siguen trascendiendo los detalles de este horroroso crimen, que estremece a la humanidad. El diario turco Yeni Safak dijo haber obtenido, a través de servicios de inteligencia turca, grabaciones de los hechos, y hasta detalló su supuesto contenido.
Trump y Bin Salman: una amistad en peligro.
Según informa Yeni Safak, lo primero que le hicieron al periodista, colaborador del Washington Post, fue cortarle varios dedos. Desde allí hasta el momento en que terminaron de descuartizarlo pasaron apenas siete minutos. De acuerdo con el supuesto audio rescatado por la policía secreta turca se lo escucha al cónsul saudí Mohammad Al Otaibi diciendo: "Hagan esto en otra parte, me van a meter en problemas".
Es decir: no le molestan ni las torturas ni el crimen sino el lugar elegido para realizarlo. Los agentes saudíes le responden, ofendidos, con una amenaza: "Si usted quiere vivir cuando regrese a Arabia, mejor cállese".
El periodista era crítico de la monarquía de la monarquía de Mohamed Bin Salman en sus artículos. De hecho, el gobierno saudí admite que tenía previsto detenerlo y someterlo a un interrogatorio en Arabia Saudita, aunque asegura que el acto de asesinarlo no correspondió a una decisión oficial, sino que los torturadores y asesinos actuaron sin la autorización del Reino.
La cámara de seguridad que muestra al periodista entrando en el consulado, el pasado 2 de octubre.
Nada menos que cinco de los quince (¡¡15!!) involucrados en el asesinato de Khashoggi tenían un vínculo directo con Bin Salman. Uno de los acusados, Abdulaziz Mutreb, es un habitual integrante de la comitiva real. Otros tres implicados forman parte de su custodia. Al parecer, el periodista fue descuartizado en vida, y los trozos que alguna vez conformaron un ser humano fueron sacados del país en una valija diplomática.
El salvaje crimen generó un serio incidente diplomático que afecta por ahora a tres países: Turquía, Arabia Saudita y Estados Unidos. El presidente estadounidense, Donald Trump, reveló que solicitó una copia del supuesto audio, y el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, aseguró que Estados Unidos "considera con seriedad" la desaparición de Khashoggi.
Trump negó estar encubriendo a los asesinos de Khashoggi. El hecho pone en problemas a los Estados Unidos: Arabia Saudita es uno de los grandes aliados de los norteamericanos en el mundo árabe. Ahora deberán elegir si priorizan los Derechos Humanos o los negocios.