A pesar de la cercanía que Kate Middleton y Meghan Markle demostraron durante las celebraciones de Navidad, al parecer fue sólo un episodio pasajero.
La grieta entre Kate y Meghan, más marcada que nunca.
Es que el domingo pasado la esposa del príncipe William celebró su cumpleaños número 37 con un almuerzo íntimo a la que no fueron invitados ni Harry, ni su mujer.
El festejo se realizó en Anmer Hall, la casa de campo de William y Kate cerca de la localidad de Sandringham. A ella acudieron varias de las amigas de Middleton, que conserva desde antes de convertirse en duquesa.
La más cercana de ellas es Emilia Jardine-Paterson, quien es madrina del príncipe George y fue compañera de equipo de hockey de Kate en Marlborough College.
Diseñadora de interiores, se rumorea que Middleton recurrió a ella para que la ayudara a redecorar su hogar oficial en Kensington Palace y la casa de campo de Anmer Hall. David, marido de Emilia, a su vez también tiene una relación cercana con William, ya que fueron compañeros de curso en el exclusivo colegio Eton.
Emilia Jardine-Patterson, la mejor amiga de Kate, la acompañó en el festejo.
En la fiesta de cumpleaños también estuvo presente Laura Meade, madrina de la princesa Charlotte, y Sophie Carter, quien tuvo a los pequeños hijos de Kate como pajes en su reciente boda.