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Flatulencias, vino y religión: 11 curiosidades de la misión Apolo 11

El que se quedó adentro. Gases lunares. Rating. Olor nauseabundo.

19 Julio de 2019 11:47
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Este 20 de julio se cumplen 50 años de uno de los hitos que sin lugar a dudas marcaron la historia de la humanidad: la llegada del hombre a la Luna. La misión Apolo 11 estuvo en órbita durante más de ocho días, aunque en el satélite natural de la Tierra estuvieron apenas unas pocas horas, en las los astronautas realizaron tareas de investigación científica, guardaron piedras y tierra, dejaron banderas y hasta hablaron con el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.

DOS DE LOS TRES ASTRONAUTAS PISARON LA LUNA

La historia es conocida, aunque no por ello es menos curiosa: sólo dos de los tres astronautas que formaron parte de la misión Apolo 11 pisaron efectivamente la Luna: Neil Armstrong, de 38 años; Edwin Aldrin Jr., de 39 y el piloto Michael  Collins, también de 38. Collins fue el único de los tres que no pisó el satélite natural de la Tierra, ya que era el piloto del módulo de mando “Columbia”, clave para que los tres pudieran volver sin problemas a la Tierra, después de que alunizara el módulo “Eagle”.

BASURA, PIS Y VINO

Ya es muy sabido: al pisar la Luna, Armstrong pronunció una frase inolvidable: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Pero instantes después de esas palabras que marcaron la historia mundial, el astronauta arrojó una bolsa de basura sobre el conocido “Mar de la Tranquilidad” ubicado en la Luna.

Y aunque Armstrong quedó en la historia como el primer hombre que piso la Luna, su compañero de hazaña Aldrin hizo algo muy particular: se convirtió en el primer hombre que orinó en el satélite. Lo hizo dentro de su propio traje, lógicamente, porque exponerse hubiera sido fatal. Luego bebería vino, aunque por una razón “religiosa” que explicaremos a continuación.

COMUNIÓN LUNAR

Pero si había otra manera de quedar en la historia además de ser de las pocas personas en la humanidad que pisó la Luna, Aldrin le sumó un hecho más que especial: el astronauta es presbiteriano y le pidió permiso a su iglesia para hacer una “autocomunión” al alunizar. Para eso llevó un kit y un poco de vino, aunque la NASA no estaba del todo de acuerdo con que lo diera a conocer en la transmisión oficial, que era vista por millones de personas y no querían que nadie se sintiera ofendido.

MÁS RATING QUE LA FINAL DEL BAILANDO

El momento en el que la misión Apolo 11 alunizó fue visto transmitido en vivo y en directo por todo el mundo y se estima que la vieron alrededor de 650 millones de personas, un rating absolutamente envidiable para aquellos días. Sin embargo, el récord sólo lo tuvieron por 12 años, ya que en 1981 el casamiento de la Princesa Diana de Gales fue visto por 750 millones de personas.

PUFF, QUÉ OLOR

Ni bien subieron nuevamente al módulo para regresar a la Tierra y se sacaron el casco, los astronautas notaron un terrible olor que los acompañó hasta que se disipó. Después de unos minutos lograron comprobar que se trataba de un aroma que salía de la tierra lunar que había quedado en sus botas y trajes. Era muy intenso, desagradable y lo definieron similar a la pólvora. Todavía es un misterio, aunque los científicos creen que fue una reacción del polvo al entrar en contacto con la humedad de la cápsula que los trasladaba.

CERCA, PERO NO TANTO

Las imágenes del despegue de la misión Apolo 11 desde la base de la NASA en Cabo Cañaveral son históricas. Sin embargo, los testigos que no formaban parte de la misión no estuvieron tan cerca como parece: como había temor de que algo pudiera fallar y provocar una gran explosión que afortunadamente no ocurrió, los “espectadores VIP” estuvieron a unos 5,6 kilómetros, porque habían calculado que 4,8 kilómetros era la distancia máxima a la que podría haber llegado algún fragmento del cohete en caso de que algo fallara.

SIN SEGURO

Armstrong, Collins y Aldrin son famosos y tienen dinero suficiente para afrontar el pago de un seguro médico para sus viajes. Pero en aquel entonces debieron afrontar una gran dificultad: no podían tener ningún seguro de vida ya que estaban por realizar una misión arriesgadísima y aparentemente ninguna compañía quería afrontarlo. Sin embargo, los tres tomaron la misma precaución: firmaron cientos de autógrafos y se los entregaron a amigos de confianza para que los vendieran post-mortem si algo salía mal, con el objetivo de recaudar dinero para sus familiares.

LA CHARLA MÁS EXÓTICA

Tanto Armstrong como Aldrin conversaron por teléfono con el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, desde la Luna. Primero desplegaron una bandera estadounidense que dejaron clavada cerca del módulo lunar y luego oyeron las palabras del mandatario. “Hola Neil y Buzz, les estoy hablando por teléfono desde el Despacho Oval de la Casa Blanca y seguramente ésta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha, porque gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y como nos hablan desde el Mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra”.

Armstrong fue el primero en contestar: “Gracias señor presidente, para nosotros es un honor y un privilegio estar aquí. Representamos no sólo a los Estados Unidos, sino también a los hombres de paz de todos los países. Es una visión a futuro. Es un honor para nosotros participar en esta misión hoy”.

UN MINUTO CLAVE PARA LA HUMANIDAD

La llegada del hombre a la Luna tiene miles de misterios no revelados y curiosidades que salieron a la luz tiempo después. Tal vez una de las más impactantes es que Aldrin y Armstrong tenían apenas un minuto para aterrizar el módulo Eagle en la Luna, debido a que contaban con el combustible justo para sesenta segundos de maniobras. Si les hubiera llevado apenas unos pocos segundos más, tendrían que haber abortado la misión. Al final, nada de eso ocurrió.

MÁS DE 370 MIL KILÓMETROS PARA UNAS POCAS HORAS

En total, la misión se extendió por 195 horas, 18 minutos y 35 segundos. Sin embargo, en la Luna estuvieron poco más de dos horas y media. El alunizaje en sí se produjo el 20 de julio de 1969 a las 20:17:40, en el Mar de la Tranquilidad de la Luna. Aldrin y Armstrong estuvieron en el satélite 2 horas, 31 minutos y 40 segundos, mientras que el módulo lunar permaneció por 21 horas, 36 minutos y 40 segundos.

FLATULENCIAS (SILENCIOSAS) EN LA LUNA

Las flatulencias que despedían los tres astronautas que formaron la misión Apolo 11 tenían una explicación científica muy clara: Aldrin, Collins y Armstrong bebían agua que era un subproducto de células de combustible y tenía demasiadas burbujas. Eso producía que durante los días que compartieron juntos sufrieran demasiados gases estomacales, a lo que se sumaba que el lugar en el que defecaban debía adaptarse a las condiciones. Una vez que regresaron, definieron el aroma como una mezcla entre el olor a perro mojado y a un pantano.
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