por Agustin Gulman
27 Septiembre de 2015 13:53Era el narco más grande del mundo. Se estimó, incluso, que durante la década de 1980 fue el responsable de la distribución del 80 por ciento de la cocaína a nivel mundial. La fortuna de Pablo Escobar era tan grande que no tenía siquiera en dónde guardar los fajos de dólares e invertía miles al mes para mantenerlos en orden.
Junto a su hijo, Escobar posó para una foto en las puertas de la Casa Blanca, en los Estados Unidos
El magnate de la droga colombiano estuvo siete años consecutivos entre los hombres más ricos del mundo, según el ranking de la revista Forbes. Para mediados de los años ochenta, le entraban cerca de 420 millones de dólares por semana, alrededor de 22 mil millones por año.
Durante los años ochenta, Escobar fue elegido como uno de los hombres más ricos del mundo
A Escobar lo apodaron “El Patrón”. No fue casualidad: parte de su fortuna la destinó a los sectores más pobres de su comunidad. Construyó viviendas, canchas de fútbol y hasta armó un zoológico personal. Uno de los datos más llamativos de Escobar es que, cuando llegó a un arreglo para ser arrestado en Colombia, fue él mismo el encargado de financiar la construcción de “La Catedral”, la prisión de lujo en la que permaneció detenido y en la que las autoridades carcelarias no podían acercarse a menos de 4 kilómetros de su celda.
Una noche su hija tenía frío y Escobar hizo una fogata con dos millones de dólares
La lista de insólitos gastos de Escobar es extensa. Como los billetes de dólares se acumulaban y ya no tenía en dónde guardarlos, decidió esconder los fajos en campos agrícolas colombianos, almacenes en ruinas y hasta en las paredes de las casas de algunos miembros del cártel.
Escobar fue asesinado de un disparo hace 22 años, acorralado por las fuerzas armadas, que lo buscaban
Roberto Escobar, jefe de Contabilidad del cártel y hermano de “el Patrón”, contó en un libro que en muchas ocasiones el dinero se estropeaba, debido a la humedad de las paredes o a que se los comían las ratas. El hombre de confianza del narco más grande detalló en su libro que por esas razones perdían alrededor de un 10 por ciento de las ganancias anuales.
“El diez por ciento de las ganancias anuales se arruinaba por la humedad de los escondites o era comido por ratas
En el libro Mi Padre, de Juan Pablo Escobar, uno de los hijos del narco contó que en sus fiestas de cumpleaños el narco rifaba entre sus invitados grandes obras de arte de artistas internacionales valuadas en cientos de miles de dólares. El magnate también poseía un gigantesco penthouse de 1700 metros cuadrados dentro del edificio Mónaco en el centro de Medellín. Y las flores que decoraban su propiedad eran llevadas desde Bogotá en su avión privado, todos los días.
Pese al descontrol, Escobar insistía en que su inmensa fortuna debía estar organizada. Por eso, invertía alrededor de 2.500 dólares por mes sólo en cintas de goma para organizar y guardar los billetes. Una tarea para nada sencilla, teniendo en cuenta la cantidad de fajos que debía armar y guardar.
Otra de las anécdotas reveladas hace poco tiene que ver con un gasto enorme que hizo en una ocasión, sólo porque su hija, Manuela, tenía frío. Como no tenía con qué abrigarla, decidió utilizar algo que le sobraba para hacer una gran fogata: dinero. Se supo que esa noche, Escobar prendió fuego unos dos millones de dólares. Le hubiera salido más barato comprar una estufa.