Otra vez en Francia. Otra vez la violencia. Dos hombres armados con cuchillo que dijeron pertenecer a Estado Islámico (ISIS) entraron a una iglesia en Saint Etienne du Rouvray, junto a Rouen, en Normandía, y tomaron de rehenes a cinco personas, entre ellas al cura del lugar, al que asesinaron.
Los atacantes pertenecerían al Estado Islámico (Isis).
La policía, según varias agencias internacionales, mató a los dos hombres y tomó el control de la situación.
"Fin de la intervención de la BRI (Brigada de Investigación e Intervención (BRI). Los dos secuestradores neutralizados por la policía. Balance en curso", dijo la policía francesa en un mensaje en Twitter.
En esta iglesia ocurrieron los hechos.
El presidente francés, Francois Hollande y su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, se dirigieron al lugar de los hechos. En un mensaje al pueblo francés, Hollande confirmó la procedencia del ataque.
Como ya había sucedido en otros atentados como el de Niza del 14 de julio, las fuerzas de seguridad pidieron que no se suban ni fotos ni videos de los hechos a las redes sociales. A su vez, se solicitó a los comerciantes de la zona que cierren sus negocios.
El vicario general de Rouen, Philippe Maheut, está presente en el lugar de los hechos, aunque no el arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun, quien se encuentra en Cracovia (Polonia), en la Jornada Mundial de la Juventud, con la presencia del Papa Francisco. En esa gigantesca jornada hay nada menos que 35 mil jóvenes católicos franceses, a instancias de los cuales el Consejo mantiene una "reunión de crisis".
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el papa está al tanto de los hechos y siente “dolor y horror” por “esta violencia absurda”. El Papa, agrega Lombardi, expresa “la condena más absoluta de toda forma de odio y reza por las personas agredidas”. Según Lombardi, Francisco está muy consternado porque “el bárbaro asesinato del sacerdote y la agresión a los fieles” ocurrió “en una Iglesia, un lugar sagrado en el que se anuncia el amor de Dios”.