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Francisco, preocupado por la desocupación en la Argentina

Lo hizo a través de una carta dirigida a monseñor José María Arancedo con motivo de una nueva celebración de San Cayetano. Condenó a quienes "viven de arriba".

01 Agosto de 2016 08:23
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Francisco volvió a meterse de lleno en la vida política argentina. En una carta dirigida a monseñor José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal, con motivo de la fiesta de San Cayetano, el Pontífice advirtió que el país “sigue viviendo momentos en los cuales los índices de desocupación son significativamente altos”.

El Pontífice, preocupado por la desocupación en Argentina. 

Nuevamente el Papa vuelve a referirse al contexto político que envuelve al gobierno de Mauricio Macri al referirse a los problemas de empleo de la gestión de Cambiemos.

En el escrito el Sumo Pontífice también cuestionó a quienes tienen la posibilidad de trabajar pero no lo hacen. “La sabiduría de nuestro pueblo usa un dicho para calificar a quien, pudiendo trabajar no lo hace: "Ese vive de arriba". Y nuestra gente menosprecia a quienes "viven de arriba", porque arteramente atisban en ellos una cierta falta de dignidad", explicó.

El Papa, nuevamente emitió su preocupación por la actualidad argentina. 

La misiva difundida por el Vaticano reitera la importancia de obtener trabajo para poder “sentir dignidad”, por lo que pidió en esta celebración de San Cayetano “poder llevar el pan a casa”.

Por otra parte, el Papa rememoró los festejos de San Cayetano en el país. "Recuerdo conmovido los 7 de agosto en Buenos Aires. La Misa en el Santuario de Liniers y luego el recorrido de la cola de la gente hasta el Estadio de Vélez”, expresó.

El último San Cayetano de Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires. 

En este tramo de la carta recordó el dolor de quienes buscan trabajo y no logran conseguirlo. “Saludar, escuchar, acompañar la fe de ese pueblo sencillo... y tantas veces, ante la angustia de hombres y mujeres que quieren y buscan trabajo y no encuentran ..., sólo atinaba a un apretón de manos, una caricia, mirar esos ojos humedecidos de dolor, y llorar dentro. Llorar sí, porque es duro cruzar tu vida con un padre de familia que quiere trabajar y no tiene posibilidad de lograrlo", escribió.

Finalmente, en la epístola pidió a los obispos que en esta fiesta de San Cayetano sepan acompañar a quienes piden pan y trabajo con "cariño, cercanía y oración, y pidamos también para nosotros esa gracia: que nunca nos falte trabajo, ese trabajo al que nos envía el Señor y que nos confiere dignidad".