El presidente norteamericano Donald Trump y Kim Jong-un protagonizan un encuentro histórico, luego de 70 años de enfrentamiento entre ambas naciones. Las conversaciones se centrarán en lograr un acuerdo sobre la desnuclearización de Corea del Norte, a cambio de un alivio de las sanciones económicas y diplomáticas que afectan al país asiático.
El punto de encuentro elegido fue la isla de Sentosa, que tiene un parque temático de Universal Studios y playas artificiales. Hacia allí se dirigieron ambos líderes para "cortar" con una enemistad que data desde la Guerra de Corea y Estados Unidos entre 1950 y 1953.
Kim Jong-un hizo un poco de turismo antes de la reunión con Trump.
Según las estimaciones de los analistas internacionales Corea del Norte dispone de 50 kilogramos de plutonio, con el cual se podría fabricar una decena de bombas. Además de una capacidad “considerable” para producir armas con uranio.
Trump aterrizó en la base militar Paya Lebar, directamente desde la reunión del G7 en Canadá. En tanto, el líder norcoreano arribó al aeropuerto Changi, más temprano y mantuvo un encuentro con el primer ministro singapurense, Lee Hsien Loong, en el palacio presidencial.
La Isla Sentosa fue el punto de encuentro elegido.
“El mundo entero está pendiente de esta cumbre histórica entre la República Democrática del Pueblo de Corea y los Estados Unidos de América”, dijo Kim durante la reunión con su par singapurense.
Trump también se mostró optimista por este encuentro y hasta sugirió la posibilidad de prolongar la cumbre un día más si fuese necesario.
La administración norteamericana prometió no pedirle un cambio de régimen a Corea del Norte, y el secretario de Estado Mike Pompeo evocó incluso la eventualidad de ofrecer garantías de seguridad.