La relación entre suegra y nuera es motivo habitual para chistes y chicanas por los chispazos que puede haber entre ellas. En la Familia Real española todo indica que algo de eso hubo detrás de la negativa de la Reina Letizia para con la madre de su esposo, Sofía de Bordón, que buscaba fotografiarse con sus nietas al finalizar la misa de resurrección (domingo de Pascuas). El escándalo fue tal que se trato en una cuestión de Estado.
La "reconciliación" fue el sábado cuando Letizia y su marido, el Rey Felipe IV, visitaron al Rey emétiro, Juan Carlos, que había sido sometido a una cirugía para reemplazar su prótesis en la cadera. A dicha visita incluyeron a la Reina Consorte, Sofía. Ante la mirada de la prensa, Letizia se bajó del auto y fue a abrirle la puerta a su suegra, en lo que al principio los medios españoles calificaron como un "una cortesía".
Sin embargo, al pasar las horas empezó a surgir la especulación de que podría haberse tratado de una puesta en escena como consecuencia del escándalo que se armó a su alrededor. "En Zarzuela cundió el pánico ante las proporciones que tomó el rechazo popular hacia la Reina. Y lo que es más grave, en un momento tan delicado como la inminente decisión del Supremo sobre Urdangarin, pues entre o no en la cárcel, la polémica está asegurada y es fundamental que la Familia Real afronte este nuevo envite con la mejor imagen posible", le dijo una fuente de la Casa Real en off al diario El Mundo.
En las redes fue en donde comenzó a hacerse fuerte el rechazo a la actitud de Letizia, que salió a explicar que su intención no era prohibirle la foto a su suegra, sino que buscaba que las fotografías oficiales fueran tomadas en las escalinatas de la Catedral Metropolitana y no dentro de la Iglesia.