Luego de cumplir parcialmente con una condena a prisión por asesinar a su ex novia, Bruno Fernandes, quien supo ser arquero del Flamengo brasileño, fue contratado por el Boa Esporte de la serie B del Brasileirão, desatando una ola de indignación.
El arquero cumplió apenas 3 años de una pena de 22.
El deportista había sido sentenciado en el 2013 a 22 años de cárcel por contratar sicarios para que mataran a Eliza Samudio, con quien tenía un hijo.
El cadáver de la mujer nunca apareció, y Fernandes confesó que fue desmembrado y arrojado a los perros por los asesinos.
Paños fríos
Ante la polémica, el Boa Esporte publicó un comunicado buscando calmar las aguas. "El club y su equipo están integrado por seres humanos, dotados de justicia y legalidad, que intentan hacer justicia y ayudar a otro ser humano dándole trabajo para que se recupere", explicaron.
Sin embargo, eso no detuvo la ola de reacciones negativas. Cinco sponsors del club cortaron sus vínculos con el equipo, y la rama brasileña del grupo Anonymous hackeó la web oficial del Boa Sporte para dejar un ominoso mensaje: "Bruno... ¿dónde esta el cuerpo de Eliza?".