15 Noviembre de 2015 16:21
Pasó de llamarse “La plaza del Paraíso” a “La rotonda del Infierno” desde que los yihadistas la tomaron como “ciudad modelo” para sus ejecuciones públicas.
Ejecuciones sanguinarias de ISIS.
Entre el 3 y el 6 de marzo de 2013, en medio de la Guerra Civil Siria, combatientes islamistas de la organización autoproclamada como Estado Islámico de Irak y el Levante, opuestos al gobierno sirio, se apoderaron de la ciudad, la primera en escapar por completo al control de las autoridades en la contienda, y la establecieron como base de ofensivas hacia el sur.
Un lugar tomado por los extremistas.
Es la capital del autoproclamado Estado Islámico dentro de Siria a partir del 29 de junio de 2014, cuando tras tomar varias ciudades en Irak declararon el califato universal sobre todo el mundo islámico en la persona de su líder, Abu Bakr al-Baghdadi.
Sobre sus 1962 km2 de superficie se exhiben todos los días cabezas decapitadas o cuerpos crucificados para aplacar cualquier posible atisbo de disidencia contra el régimen entre sus poco más de 220 mil habitantes.
El horror es una imagen diaria en las calles de Raqqa.
“Desde el primer día, el ISIS aplicó una política de terror, con ejecuciones, decapitaciones y crucifixiones”, afirmó Abu Ibrahim, uno de los fundadores del grupo "Raqqa is Being Slaughtered Silently" ("Raqqa es masacrada en silencio").
De hecho, ya se han registrado más de 2600 ejecuciones en Siria desde el anuncio del “califato”, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Las tiendas cierran a la hora de la oración y los habitantes pagan la zakat, limosna legal y tercer pilar del islam. En tanto, médicos, profesores y taxistas deben pasar un test sobre la sharia (ley islámica) so pena de no poder ejercer la profesión.
Han sustituido los programas escolares por otros, con las matemáticas, el inglés y el Corán como únicas asignaturas. Además, el ISIS es favorable a reducir la carrera universitaria de medicina de seis a tres años.