20 Septiembre de 2017 07:38
En la tragedia surge la solidaridad, y México no es la excepción. El demoledor terremoto de 7,1 grados en ese país despertó el grado más humano de sus ciudadanos, quienes salieron a las calles para rescatar a sus compatriotas en medio de los escombros. Hasta hora se calcula que murieron 220 personas.
La ayuda humanitaria floreció en las calles de México.
Los trabajos de búsqueda son llevados a cabo por la Secretaría de Defensa Nacional, la Marina y Protección Civil, aunque a ellos se sumaron miles de colaboradores que fueron evacuados de sus barrios, pero regresan voluntariamente para ayudar a quienes más sufren el terremoto.
Vecinos ayudan a los bomberos a retirar a los sobrevivientes.
Todo sirve: levantar escombros, alcanzar agua, asistir a los bomberos o simplemente alentar y dar fuerza a los efectivos desde la vereda. Una señora se suma y le da agua a “Capitan”, un perro de la Policía entrenado para hallar personas entre los escombros. El equipamiento es nulo y la gente utiliza todo tipo de cascos, incluso, el de bicicleta. Lo importante es ayudar.
Entre los participantes se encuentran algunas agrupaciones de ayuda como el grupo USAR -Unidad especializada en la búsqueda de víctimas atrapadas en estructuras colapsadas-, quienes se trasladaron a la Ciudad de México, Puebla y Morelos para brindar apoyo y rescate. La unidad está integrada por 181 personas que trabajan sin descanso junto a la Cruz Roja y los bomberos de todo el país.
Así trabajan las autoridades y voluntarios en México.
Otros voluntarios dispuestos a prestar ayuda son los Topos Tlatelolco, brigada de rescate dedicada a la búsqueda de víctimas y brindar apoyo a los damnificados.
Por otra parte, están aquellos que se acercan a los centros de evacuados para ayudar con ropa, alimentos o medicinas para los afectados.
Ayer, el gobierno de El Salvador anunció el envío de 25 socorristas quienes arribarán en las próximas horas a México, según un comunicado de la cancillería.