por Mauro Fulco
10 Septiembre de 2015 15:22Su imagen dio la vuelta al mundo. Claro que no como alguna vez lo soñó. No fue en un estadio de fútbol europeo, tampoco para alentar a su selección. Osama Al-Ghadab -también llamado Osama Abdul Mohsen-, se hizo “famoso” cuando una camarógrafa húngara llamada Petra Laszlo le pegó una patada que lo hizo caer de boca al suelo mientras llevaba a su chiquito de 7 años, llamado Zaid, en brazos.
Padre e hijo estaban huyendo de la policía en el campo de refugiados húngaro de Roszke y las cámaras tomaron su desgracia.
Pero antes de ser un refugiado, el hombre fue un perseguido político. Según circuló en diversos medios europeos, Osama Abdul Mohsen/Osama Al-Ghadab fue uno de los primeros detenidos por Bashar al Asad y -en esto difieren las versiones- habría sido torturado por seguidores del presidente.
Por temor a la expansión de ISIS, el hombre huyó a Turquía, donde vivió durante un año y medio ganando 10 dólares por día. Una periodista libanesa localizó en Turquía al hijo mayor de Osama y lo entrevistó para la cadena Al Akhbar.
El pequeño Zaid, de 7 años, llora junto a los policías. La mirada de su padre lo dice todo.
Su hijo mayor, llamado Almuhannad Abdullmhseen, aún vive en Turquía, y notificó en su facebook que pudo comunicarse en forma precaria con su padre, que estaba en Budapest a punto de subir a un tren a Viena junto a su hermanito. Cuando se produjo el incidente con la camarógrafa húngara, escribió: “Sos un gran hombre (...) Te arriesgaste y arriesgaste tu honor para asegurarnos una vida decente y un futuro mejor, para completar nuestra educación y volver a la reconstrucción de Siria. Dios me ayude a sostener tu cabeza en alto y a sentirte orgulloso”.
Su hijo mayor, que vive en Turquía, escribió un orgulloso mensaje en su facebook.
Antes de ser “famoso” y antes de ser refugiado, Osama vivía en la ciudad de Deir Ezzor, en Siria Oriental, una tierra acechada por Estado Islámico. Era técnico de fútbol del Al-Fotuwa Sc, un equipo de la Liga Premier de su país que ganó dos campeonatos. Ahora está en un tren con rumbo a Viena en busca de un futuro mejor y no sabe que el mundo entero habla de él, de su hijo Zaid y de lo que les tocó atravesar.