por Leo Morales
17 Noviembre de 2023 18:33Apenas divisaron el cuerpo, los rescatistas de la brigada de Estados Unidos se sorprendieron. Junto al cadáver de Rich Moore, un jubilado de 71 años que había desaparecido en las montañas de Colorado, estaba su mascota. Lo primero que hizo Finney cuando el equipo se acercó fue gruñirles. No quería que se acercaran a su dueño. Así pasó los últimos 72 días, cuando su dueño murió en la cima de la Cordillera de San Juan. Famélico, Finney dio pelea hasta que cayó rendido a la comida de uno de los hombres. Luego de unas caricias, se calmó. Pero siempre estuvo cerca de Moore. Esa misión y algún que otro milagro hicieron que el animal sobreviviera durante más de dos meses en esa montaña.
Se sabía que Moore, que viviía en Pagosa Springs, salió con su perro, el 19 de agosto con el objetivo de subir 3.800 metros para alcanzar la cima de la montaña Blackhead, ubicada a unos 29 kilómetros al este de la ciudad donde vivían. El equipo de Búsqueda y Rescate de Taos (TSAR, por sus siglas en inglés) también informó que su cuerpo fue encontrado a 4 kilómetros al este de la cima de la montaña. Según Delinda Vanne-Brightyn, integrante de TSAR, quien atendió a la búsqueda inicial con su perro policía certificado, AkioYodasan, habían buscado desde la cima de la montaña hacia el oeste hasta el estacionamiento donde se había localizado varias veces el auto de Moore.
Además explicó sobre la muerte de Moore, que se dio por una supuesta falla cardíaca luego de horas de estar perdido en la montaña: "El hecho de que haya pasado al otro lado de la montaña desafió el comportamiento que suelen tener todas las personas perdidas". Además, Vanne-Brightyn que el perro sobrevivió apenas con el agua de los arroyos subterráneos cerca de donde se encontraban los dos y capturando animales pequeños como ratones de campo o ardillas.
Según contó la esposa de Moore, Dana Holby tras jubilarse, se mudaron a esa zona para vivir a pleno el senderismo, una actividad que los apasionaba. Casi siempre salían juntos, o con otros miembros del club de montaña local, pero a finales de agosto, Moore decidió ascender en solitario al Blackhead Peak, a más de 3.800 metros ya que su mujer había ido a visitar a su hermana. Por eso se fue solo con Finney. Fue Holby quien hizo la denuncia de su desaparición, por la que 180 profesionales y voluntarios caminaron por la montaña buscándolo.
Finalmente, un cazador que rondaba la zona a caballo encontró el cuerpo de Moore. No había visto que a su lado estaba su perro y cuando se acercó, Finney le mostró los dientes y le ladró para que se alejara. El jack Russell estaba casi sin fuerzas, pero luchó hasta que el hombre se alejó y tuvo que dar avisó a la Policía local. Cuando el comisario llegó junto a los rescatistas, solo pudieron calmar al animal cuando le dieron una lata de comida. Cuando la terminó, se quedó al lado de su dueño, mirándolo y alerta por el trabajo que se realizaban a su alrededor.
"En otoño tenía claro que mi marido no regresaría jamás a casa, tampoco Finney", aseguró Holby, la esposa del senderista, en una entrevista. Pero cuando le confirmaron que su esposo había muerto y que el perro seguía vivo no lo podía creer. De hecho, cuando lo vio notó lo que había sufrido su mascota: estaba sucio, había perdido varios kilos de peso y tenía una herida en su hocico por alguna mordedura. El perrito no la reconoció hasta varias horas después. Estaba en shock.
Según la autopsia, Moore murió de un paro cardíaco causado por la hipotermia. En todo ese momento, su perro no se movía de su lado porque quería darle calor. Los veterinarios que lo cuidaron explicaron a los medios que Finney sobrevivió en parte por un milagro y también por su raza: "Los Jack Russell Terrier no son animales de salón, sino perros criados para cazar roedores y hasta zorros que observan un temperamento tenaz, indomable y necesitado de constante ejercicio físico. También resultan individualistas, de ahí que los vínculos con sus dueños sean sumamente especiales". Al parecer, la herida que tenía era de un oso o un puma, que quiso comer el cuerpo de su dueño. Ahora Finney se recupera en su hogar. Los perros son únicos.