29 Mayo de 2023 15:11
En 1975, Steven Spielberg asustó al mundo entero con su película Tiburón. La historia era muy simple, un tiburón gigante destruía y se comía todo lo que se le cruzaba en el mar, incluyendo barcos. El impacto fue tal que causó estupor en las playas del planeta y millones de personas temían meter un pie en el mar. Con el tiempo, muchos entendieron que se trataba de ficción y que nada de eso ocurría en la realidad. Bueno, eso cambió.
Hace unas semanas, exactamente el 2 de mayo, en Gibraltar, un yate llamado Bavaria 46 se hundió. ¿El motivo? Fue atacado por un grupo de orcas, que lo golpearon sin parar hasta destruirlo. El barco navegaba cerca de Tánger, a kilómetros de las costas de Marruecos. Ese ataque dejaría en evidencia uno de los descubrimientos más increíbles de los últimos años.
Los científicos descubrieron que la líder de las orcas, a quien bautizaron Gladis, tiene un comportamiento que se vincula a lo que sufrió en manos de un grupo de pescadores ilegales. El hecho habría ocurrido unos meses o años atrás y durante esa lucha, en la que pudo haber muerto cazada con arpones, la orca fue golpeada con una lancha en varias oportunidades y hasta pudo zafar de las redes.
Desde entonces, tal vez “traumatizada” por ese hecho, Gladis se dedicó a golpear contra los botes y los barcos que frecuentan la zona de Gibraltar. El tiempo pasó y lo sorprendente fue que los ataques contra embarcaciones se multiplicaron. Nadie podía entender lo que sucedía. Hasta que los científicos descubrieron que la orca le había enseñado a sus compañeras a atacar.
Solo en el mes de mayo, se reportaron 20 incidentes de orcas contra pequeñas embarcaciones en el estrecho de Gibraltar. Según el Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), todos ocurren en la zona entre las costas de España y de Portugal, que se registraron a la largo del año. Los científicos sospechan que las orcas copiaron el comportamiento de Gladis y ahora conformaron un ejército que defiende su zona.
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El último ataque del grupo de orcas ocurrió en la madrugada del jueves 18 y terminó con el barco destrozado. El dueños el Mustique, un embarcación mediana, son una pareja de Cambridge, Inglaterra, Janet Morris, de 58 años, consultora de negocios, y Stephen Bidwell, de 58 años, fotógrafo, que viajaban con dos personas más. El ataque de las orcas terminó con el timón partido y el casco perforado. Por eso debieron pedir ayuda a España.
Tras el ataque, la armada española ayudó con un helicóptero para rescatar a la pareja, que había intentado salvar su barco con una bomba de achique, con la que sacaron el agua que se colaba por proa. Finalmente, el Mustique fue remolcado hasta el puerto de Barbate, en la provincia de Cádiz, para reparación. En el puerto, notaron los brutales destrozos que habían causado los animales.
La testigo del hecho, la marinera británica April Boyes, de 31 años, escribió en su cuenta de Instagram: “Lo que comenzó como un encuentro aparentemente único terminó con las orcas rompiendo el timón del barco y luego procediendo a arrancar pedazos del barco durante una hora”. Y agregó: “Un gran agujero en el casco implicó que entrara agua a otras partes del barco y a la sala de máquinas, y honestamente puedo decir que fue una experiencia aterradora. Todos estamos a salvo. Me siento agradecida por la guardia costera”.
A principios de mayo, el velero Alboran Champagne sufrió un impacto similar por parte de tres orcas a media milla náutica de Barbate. El barco no pudo ser remolcado, ya que estaba completamente inundado y quedó a la deriva para hundirse.
El capitán del velero Alboran Champagne, Werner Schaufelberger, que perdió su barco en el mar por el ataque de las orcas, declaró a la revista alemana Yacht que vio a las dos ballenas más pequeñas imitando la táctica de embestida de la orca más grande, que se cree que es una matriarca llamada “White Gladis”. Y relató: “Las pequeñas sacudieron el timón en la parte trasera, mientras que la grande retrocedió repetidamente y embistió el barco con toda su fuerza desde el costado”.
Por último afirmó sobre el ataque capitaneado por Gladis: “Las dos pequeñas orcas copiaron la técnica de la más grande y, con un ligero impulso, se lanzaron hacia el bote. Principalmente en el timón, pero también en la quilla”. Por su parte, otro capitán atacado dijo al diario Telegraph: “Éramos presas fáciles. Seguía recordándome a mí mismo que teníamos un barco de acero de 22 toneladas, pero fue intimidante ver tres de ellas llegar al mismo tiempo, rápidamente y al ritmo, con sus aletas fuera del agua”.
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Y finalizó: “Es una experiencia que nunca olvidaré. Me recordaba a mí mismo que teníamos un bote de acero de 22 toneladas, pero ver a tres de ellos venir a la vez, rápido y al ritmo con sus aletas fuera del agua fue desalentador. No podía creerlo cuando los vi, éramos presa fácil”.
Según informes de la costa ibérica, los primeros ataques sucedieron en mayo de 2020. Ese año las autoridades españolas prohibieron la navegación en el lugar, luego de presentarse más de 20 ataques de orcas. Desde entonces se han registrado más de 500, según el grupo de investigación GTOA. Según el biólogo Alfredo López Fernández, de la GTOA y la Universidad de Aveiro, de los 500 ataques, solo se han hundido tres barcos.
“La orca traumatizada es la que inició el comportamiento de contacto físico con los barcos”, el Dr. López Fernández le dijo a Live Science. Y continuó: “No interpretamos que las orcas están enseñando a las jóvenes, aunque el comportamiento se ha extendido a las jóvenes a nivel vertical simplemente por imitación, y luego a nivel horizontal entre ellas porque lo consideran algo importante en sus vidas”.