El discurso se prolongó por apenas 15 minutos. En la Argentina habían pasado pocos minutos de las cinco de la madrugada. Cuando Donald Trump le puso punto final a sus primeras palabras como presidente electo desde un lujoso hotel de New York, comenzó a sonar una música más que familiar. Eran los Rolling Stones, con su clásico You can't always get what you want.
La utilización de esa música no cayó para nada bien en el entorno Stone. Sobre todo a Mick Jagger, que fue más que crítico durante la campaña del republicano Trump, y que en las últimas horas cuestionó que utilice su música en sus actos políticos. Por Twitter, el líder de la mítica banda se mostró más que crítico, y hasta irónico.
“Mirando las noticias... quizás ellos me pidan cantar “You can't always get what you want” en la inauguración, ja!”, fue el mensaje que el músico le dedicó a Trump. Las palabras de Mick llegaron apenas unas horas después de que el presidente electo utilizara esa canción sobre el final de su discurso posterior a haber sido elegido como el presidente número 45 del país del norte.
Lo cierto es que esto no es para nada nuevo. Desde hace meses que los Stones le exigen a Trump que no utilice sus canciones en los actos de campaña. Sin embargo, el candidato republicano nunca hizo caso al pedido y recurrentemente la música sonaba alto tras finalizar cada acto.
Cuando finalizó su discurso ayer, Trump volvió a utilizar una canción de los Rolling Stones.
La canción forma parte del disco Let it bleed, editado en 1969. La melodía tiene una fuerza muy particular, sobre todo en su versión original, que cuenta con un coro que repite el estribillo, donde una frase parece decirnos de qué se trata todo, con un mensaje que traducido al castellano sería más o menos así: “No siempre podés conseguir lo que querés, pero si lo intentás, algunas veces podrías encontrarlo”.
¿Algo de capricho? ¿Simple gusto musical? Quién sabe. Lo cierto es que Trump en alguna oportunidad habló sobre sus gustos musicales. Confesó sus gustos por Los Beatles, Elton John y dijo que había mantenido una relación de amistad con el Rey del Pop, Michael Jackson. Incluso, habló bien de los Stones y de Aerosmith. Sin embargo, con los Rolling la historia es otra, muy alejada.
Es que hay una historia en el pasado con la banda que lidera Jagger. Ocurrió en 1989, cuando los músicos se presentaron en un edificio propiedad de Trump, en Atlantic City. Todo terminó mal, ya que ellos no querían la presencia del magnate electo presidente. Incluso, Keith Richards llegó a sacar una navaja.
La historia la contó el productor de la gira Steel Wheels, Michael Cohl, quien relató que los músicos aceptaron a regañadientes tocar en un espacio propiedad de Trump. No querían que nada los relacione al hoy presidente de los Estados Unidos. La única condición que pusieron fue que Trump ni siquiera asistiera a la actuación.
Aunque aceptó, el empresario decidió no cumplir. Fue, se acercó a la prensa, habló ante los medios y anunció el show. Eso molestó a los músicos y a Cohl, quien se acercó a Trump para pedirle que se retirara. “Me llamaron y Keith sacó su navaja y la estampó sobre la mesa: '¿para qué te tenemos acá? ¿Tengo que ir yo mismo a echarlo de aquí? Uno va a tener que salir del edificio, él o nosotros”, lo intimaron.
Bajo ningún punto de vista los músicos querían que se los asociara a la figura de Trump.
Según le Cohl a Poll Star tiempo atrás, lo que ocurrió luego fue insólito. Se enfrentó a Trump y le exigió que se retirara del edificio. Las amenazas subieron de tono. Cohl recuerda: “Me di cuenta de los tres matones con los que estaba Trump. Dos se estaban poniendo los guantes y el tercero llevaba un protector para los nudillos. Cojo el walkie-talkie y llamo a Jim Callahan, nuestro jefe de seguridad, y le dije: 'Jim, tenemos un problema'. Cuando me di vuelta, ahí estaba él con 40 de los nuestros armados con palancas, palos de hockey y destornilladores”.
Esa vez, a Trump no le quedó más que aceptar. Ya lo predijeron los Rolling hace 47 años: no siempre es posible conseguir lo que se quiere.