10 Noviembre de 2016 13:11
No es ninguna sorpresa que acceder al status de presidente del país más poderoso del mundo significará varios cambios en la vida de Donald Trump.
Uno de ellos tendrá que ver con el automóvil con el cual se desplazará en todas sus asignaciones cotidianas. Es que el actual Cadillac presidencial, apodado "la Bestia", será reemplazado por un nuevo modelo.
El test drive de la nueva limusina presidencial de Trump, temporalmente camuflada.
Por razones de seguridad, los detalles puntuales de la nueva limusina son mantenidos en completo secreto. Pero fotografías tomadas de manera furtiva, más información filtrada, permiten dar una idea general de cómo será la nueva "Bestia".
Así, algunos "espías" que acecharon las instalaciones de testeo de General Motors lograron captar imágenes del Cadillac que transportará a Trump, cuyo aspecto a primera vista es muy similar al del anterior modelo excepto por un nuevo set de faros led y una parrilla diferente.
La nueva "Bestia" tiene un diseño muy similar al modelo anterior.
Si bien la pintura final de la limusina será negra, las fotos la muestran estampada con un diseño de camuflaje utilizado por la empresa fabricante para ocultar detalles del diseño a ojos curiosos.
Blindada y armada
Según se estima, General Motors gastó alrededor de 15 millones de dólares para ensamblar la nueva "Bestia". Al igual que el Cadillac presidencial de Barack Obama, pesaría alrededor de ocho toneladas gracias a su blindaje.
Las puertas de la limusina de Obama pesan lo mismo que las de un Boeing 747.
Cada una de las puertas tiene el mismo peso que la de un Boeing 747, y pueden sellar completamente la cabina ante la eventualidad de un ataque con armas químicas o biológicas. Tanques de oxígeno ocultos en el baúl permiten airear el ambiente interno para combatir gases tóxicos.
Las ventanillas no pueden bajarse y están listas para soportar balazos y explosiones. Mientras tanto, las cubiertas están bañadas en Kevlar para evitar que estallen.
El tanque de combustible también está blindado, además de cubierto con una espuma especial que se expande con el impacto y lo protege de explosiones, incluso ante el impacto directo de un proyectil.
Cámaras de visión nocturna y comunicación satelital completan el equipamiento del Cadillac, que oculta también un set de ametralladoras y lanzadores de gas lacrimógeno para casos extremos.
Y se estima que, en la nueva versión, se incorporarán novedades tecnológicas que lograran incluso mejorar la seguridad del automóvil.
Trump y Cadillac, una sociedad fallida
Trump en la presentación del convertible XLR-V de General Motors.
La relación de Trump con General Motors y la marca Cadillac en particular es anterior a su llegada a la Casa Blanca. En 1988, el magnate convenció a la empresa para fabricar una edición limitada de limusinas con la idea de usarlas para transportar invitados desde Nueva York a sus casinos de Atlantic City. Sin embargo, el proyecto nunca pasó la fase de prototipo.