10 Noviembre de 2016 13:07
El lujo y las comodidas del Air Force One, el avión presidencial norteamericano, no serán ningún shock para Donald Trump. Es que el magnate ya viene desplazándose hace años en su propio avión privado, el mismo que abordó hoy para viajar a Washington y reunirse con Barack Obama.
Pero, ¿cómo queda parado el "Trump Force One" frente a la nave utilizada por los primeros mandatarios de Estados Unidos? Aquí, una comparación punto por punto.
Millonarios y rendidores
La adquisición y acondicionamiento del actual Air Force One (un Boeing 747-200B) salió alrededor de 330 millones de dólares en 1990, cifra que luego del cálculo inflacionario equivale a 571 millones de dólares actuales.
Obama bajando las escalinatas del Air Force One junto a Hillary Clinton.
Trump, mientras tanto, le compró su Boeing 757-200 al co-fundador de Microsoft, Paul Allen, en 2009. El precio fue de 100 milllones de dólares.
El Boeing de Trump perteneció al ejecutivo de Microsoft Paul Allen.
El avión en el que se desplaza Barack Obama pertenece a un modelo más amplio que el del magnate: mide 70 metros de largo frente a los 47 de la nave de Trump.
Mientras tanto, el Air Force One es también más rápido, con una velocidad máxima de 1.136 kilómetros por hora frente a los 1.062 del avión privado del nuevo presidente.
La comodidad versus el lujo
Por razones obvias, el avión presidencial presenta comodidades superiores a las del "Trump Force One". Además de los dormitorios, incluye dos cocinas, un gimnasio e incluso instalaciones sanitarias.
De todas formas, la aeronave de Trump no se queda atrás: presenta aposento principal, habitación para invitados, sala de reuniones, bar y living con televisor de 52 pulgadas.
El living del avión privado de Trump y su televisor de 52 pulgadas.
Sin embargo, es en el apartado de los lujos donde el avión privado del magnate se lleva el primer puesto. Es que en su Boeing pueden verse, entre otros detalles, cinturones de seguridad bordados en oro de 24 quilates, canillas de oro en el baño, botellas de agua estampadas con el rostro de Trump, cortinas de seda y muebles de madera de nogal.