La crisis que atraviesa Afganistán, luego de 20 años de una frágil y condicionada democracia que se interrumpió con el regreso de los talibanes al poder, genera miles de historias por segundo; cada una de ellas más triste que la anterior. Ahora, quien volvió a las primeras planas es Murtaza Ahmadi, el niño que conmovió al mundo entero en el 2016 con 5 años se volvió famoso por convertir una bolsa en una camiseta de Lionel Messi.
Su imagen se volvió viral hasta el punto en que motivó un encuentro entre él y su ídolo al poco tiempo. Hoy su vida dio un trágico vuelco por culpa de cumplir su sueño.
Gracias a que su hermano publicó la imagen en Facebook, llegó hasta los ojos de “La Pulga”, quien pidió conocerlo. El encuentro se dio ese mismo año, cuando el nene acompañó a su ídolo en la entrada del campo de juego.
Recientemente, el portal estadounidense Bleacher Report divulgó un video en el que su familia narra el calvario que atraviesan hoy en día por culpa de ese sueño cumplido. Hamayoun, el hermano mayor de Murtaza, contó que todo el pueblo comenzó a burlarse del pequeño tras la divulgación de la imagen.
“Todo el mundo se metía conmigo, me decían que vestía con plástico”, contó en primera persona tras la viralización de la postal. Tras el encuentro, todos en su poblado creían que regresaría con una inmensa cantidad de dinero, donada por el futbolista. Al ver lo contrario, lo acusaron de estar escondiendo la plata, y así comenzaron las amenazas a la familia. Día a día sus compañeros y vecinos lo hostigaban a él y a su familia, al punto de tratarlo del “Pequeño Messi”.
El sufrimiento fue demasiado y Murtaza optó por dejar de ir a la escuela y verse con sus amigos. Incluso llegó hasta el extremo de no salir nunca más a la calle, por lo que su familia optó por enviarlo con su tío en la ciudad de Kabul. Hoy en día, aunque vive junto a sus primos y en un contexto completamente distinto, sigue teniendo miedo de salir a la calle y encontrarse con un ambiente hostil.
Una de las fotos que se volvió viral muestra el interior de uno de los aviones de carga del ejército de los Estados Unidos con su bodega llena de personas que querían escapar del país ante el retorno al poder de los talibanes. En ese sentido, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, defendió "firmemente" la retirada de Afganistán, mientras las potencias mundiales comenzaron a reacomodarse frente al nuevo escenario bajo poder talibán.
"Soy el presidente de Estados Unidos y la responsabilidad es mía", sentenció el mandatario demócrata en un discurso a la nación pronunciado desde la Casa Blanca y esperado con impaciencia tras su silencio de los últimos días sobre los históricos acontecimientos.
Ante las escenas de caos en Kabul, capital afgana, Biden -quien suspendió sus vacaciones para esta declaración- dijo que estaba "profundamente entristecido" por el giro de los acontecimientos y prometió "alzar la voz" sobre los derechos de las mujeres ante el regreso del mandato talibán.
Pero insistió en que no se arrepentía de haber retirado las tropas, a pesar de un torrente de críticas sobre el caótico final. "Respaldo firmemente mi decisión. Después de 20 años he aprendido por las malas que nunca hubo un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses", expuso.
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La toma del poder de los talibanes se produjo después de que la OTAN pusiera fin a su misión de 9.500 efectivos en Afganistán tras la decisión de Biden de sacar las tropas estadounidenses del país.