18 Marzo de 2019 12:42
Más de medio siglo después de su primera visita a Argentina en 1966 -cuando aún era princesa heredera-, la reina Margrethe II de Dinamarca regresa a nuestro país. Viuda desde febrero del año pasado, viaja acompañada por su hijo mayor Frederik.
Margrethe junto a sus padres, la reina Ingrid y el rey Frederick IX.
Su figura resume un auténtico cambio histórico en la monarquía danesa: fue la primera mujer en llegar al trono por derecho propio luego de que un acta sancionada en 1953 -a través de un referéndum popular- determinara que las mujeres podían acceder directamente al reinado si no tenían hermanos varones.
Su padre, el rey Frederick IX, era un gran pianista y director de orquesta, y Margrethe heredó el interés por las artes aunque su gran pasión es la pintura.
Una de las ilustraciones de la reina, bajo el seudónimo de Ingahild Grathmer.
Así, con el seudónimo de Ingahild Grathmer, ilustró una edición danesa de la saga de El Señor de los Anillos publicada a principios de los años '70, además de -entre otras publicaciones- el libro de poemas Cantabile escrito por su marido Henrik. También mostró varias veces sus cuadros en exhibiciones.
Otro de sus talentos es el diseño de vestuario: ideó las prendas que el Ballet Real de Dinamarca utilizó en la puesta de A Folk Tale y también diseña algunas de sus propias ropas.
La reina ha organizado varias exhibiciones con sus pinturas.
Pero eso no es todo, ya que Margrethe también tradujo varias afamadas obras al danés entre las cuales, según se rumorea, estuvo Todos los hombres son mortales, de la filósofa feminista Simone de Beauvoir.
Una madre rígida
Más allá de su liberal vida social y artística, la reina ha sido especialmente estricta con su hijo Frederik, a quien le vetó varias relaciones con mujeres plebeyas.
Margrethe y sus hijos Joachim y Frederik.
Sin embargo, el príncipe heredero se salió con la suya y, en el 2004, se casó con la abogada australiana Mary Donaldson, quien -según se dice-tardó años en labrar una relación cordial con Margrethe.