07 Agosto de 2019 18:20
El domingo pasado, Connor Betts asesinó a nueve personas en la zona céntrica de la ciudad de Dayton, Ohio. El tirador descargó su rifle de asalto calibre .223 sobre los transeúntes afuera del bar Ned Peppers y terminó abatido por la Policía.
Y, aunque poco se conoce sobre sus motivos, su ex novia Adelia Johnson, aseguró que tenía problemas mentales. "No tuvo nada que ver con una cuestión de raza y tampoco de religión. Fue un hombre que sufría y que no recibió la ayuda que necesitaba", señaló.
De acuerdo a la joven, Betts le reveló que le habían diagnosticado tanto trastorno bipolar como trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Además, durante su primera cita, le mostró un video de la masacre en la sinagoga de Pittsburgh, Pensilvania, donde murieron 11 personas.
Johnson también reveló que en un perturbador episodio, Betts se llevó el caño de una pistola a la boca y parecía listo para apretar el gatillo. En ese sentido, expresó que el hecho de que la policía lo matara fue "exactamente lo que él quería".
Paralelamente, Lyndsi Doll, otra ex novia de Betts, relató al Washington Post que el asesino sufría de alucinaciones visuales y auditivas. "Él me lloraba a veces y me contaba que tenía miedo de sí mismo y temía que fuera a herir a alguien algún día", explicó.
Doll reveló que Betts incluso amenazó con "violar, decapitar y destruir" a una serie de personas que anotó en una lista, incluyendo a ella, y que decidió alertar tanto a la Policía como a las autoridades de su escuela. "La escuela nos falló, la policía nos falló. Esto se podría haber prevenido hace 10 años", escribió la joven en redes sociales.