15 Mayo de 2017 07:22
¿Emmanuel Macron es un "iluminado" y pertenece a una secta de élite que busca controlar el mundo? Es la pregunta que envuelve por estas horas en Francia al flamante presidente de ese país.
Macron, envuelto en rumores de sectas y organizaciones secretas.
El joven banquero de 39 años que tuvo una carrera profesional y política marcada por un ascenso astronómico es vinculado a la secta Illuminati, una sociedad secreta cercana a la masonería que tendría como objetivo marcar el rumbo político, económico, social y cultural del planeta. Claro, todo, bajo la sombra.
Los rumores en torno a Macron comenzaron a tomar forma la misma noche de su victoria electoral, cuando el ahora Presidente se dirigió a los franceses desde un escenario instalado frente a la pirámide de Louvre, en una escena cargada de simbolismo, interpretada por los creadores de estar teorías como la revelación de una verdad oculta. ¿Por qué? Los Illuminati tienen el triángulo, es decir una pirámide, como símbolo.
Macron y la pirámide detrás. Una imagen que generó polémica.
Quienes creen en estas cosas afirman que en la cúspide de la pirámide de vidrio construida a pedido de François Mitterrand, se ve una luz similar al ojo de Horus, que también aparece en el triángulo superior de la imagen que ilustra el reverso de los billetes de un dólar.
Sin embargo ninguna de las anteriores se asemeja a la paranoia de la tercera y última razón por la cual acusan a Macron de pertenecer a los Illuminati. La cifra que obtuvo en la elección (66,06%) sería idéntica a los 666 paneles de vidrio que conforman la pirámide del Museo de Louvre, una construcción catalogada por mucho como un mensaje anticristiano. La leyenda urbana cuenta que esa cantidad de cristales representaba el “número de la Bestia” descripto en el Apocalipsis.
La pirámide cuenta con 666 cristales.
Los Illuminati no son ni más ni menos que la élite de la élite, la sociedad secreta más poderosa del mundo. Creada en el siglo XVIII, el grupo se formó con la idea de cambiar la historia: se les atribuye la Revolución Francesa. En Europa, ahora, algunos aseguran que Macron llegó para continuar ese rumbo.