La jueza italiana Alessandra Vella decidió otorgar la liberación de Carola Rackete, la capitana de barco alemana que rompió un bloqueo naval para ingresar al puerto de Lampedusa con 40 refugiados africanos que había rescatado en el mar cerca de Libia.
Rackete fue interrogada durante tres horas frente a una corte el lunes acusada de embestir a una de las embarcaciones militares italianas que intentaban impedir su ingreso. La capitana se disculpó y aseguró que fue un accidente. La acusación había sido impulsada por el Ministerio del Interior del gobierno italiano.
La magistrada que decidió su liberación, mientras tanto, consideró que cumplió con el deber de proteger la vida de los migrantes que llevaba a bordo y que no cometió ningún acto de violencia.
Paralelamente, Matteo Salvini, -el derechista ministro del Interior italiano que había llamado "forajida" a Rackete- señaló que será expulsada de Italia porque es "una amenaza para la seguridad nacional". Además, aseguró que las autoridades de Alemania "no habrían sido tan tolerantes si un capitán italiano hubiera atentado contra la vida de oficiales de policía alemanes".
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, criticó la decisión de Italia de detener a la capitana señalando que "Italia es un estado fundador de la Unión Europea y esperábamos que lidiara con un caso así de manera diferente".
Abrumadora solidaridad
Luego del arresto de Rackete, dos campañas online de recaudación de fondos para ayudarla lograron reunir más de un millón de euros. "La ola de solidaridad fue maravillosa", señaló Ruben Neugebauer, vocero de Sea Watch, la ONG para la cual trabaja la alemana. "Y lo cierto es que nos hace falta ese dinero".
Lo recaudado irá a pagar las costas legales de la capitana si efectivamente se levantan cargos contra ella en Italia. En caso negativo, se usará para comprar y equipar un nuevo barco si el de Rackete no le es devuelto.