Luego del desastre nuclear de Chernobyl, en 1986, miles de personas huyeron dejando atrás a sus mascotas. Hoy, tres décadas después, los descendientes de aquellos perros vagan por las calles de la ciudad, en plena libertad.
Alrededor de 300 mil perros viven en la zona de Chernobyl.
Y ahora, un proyecto busca encontrarles casa a varios de estos animales en Estados Unidos. Hasta ahora, 12 de ellos han sido rescatados por el gobierno de Ucrania con la esperanza de encontrarles familia.
El primer paso fue colocarlos bajo monitoreo durante 45 días para asegurarse de que tienen buena salud y sus organismos no presentan niveles peligrosos de radioactividad.
Una amplia población
Se calcula que alrededor de 300 perros callejeros viven en Chernobyl y en sus zonas aledañas. Clean Futures Fund, una organización dedicada a la protección animal, se ha dedicado a castrarlos, vacunarlos y proveerles cuidados médicos, junto a los gatos que también viven en el área.
Además, a varios se les han colocado collares para monitorear la radiación y contribuir a las investigaciones gubernamentales sobre la peligrosidad del área.
El ecosistema de Chernobyl, a pesar de la tragedia, ha logrado reactivarse notablemente. La población de ciervos y jabalíes es igual de numerosa que en otras zonas de Ucrania, mientras que la cantidad de lobos es alrededor de siete veces más alta que en las áreas circundantes.
La organización Clean Futures Fund se dedica a castrar y vacunar a los perros de Chernobyl.
Sin embargo, vivir cerca del reactor accidentado no deja de ser peligroso para muchos animales. Así, por ejemplo, los campañoles (una clase de roedor pequeño) que rodean el pueblo presentan niveles inusualmente altos de cataratas.