No hay dudas del fervor, la emoción y la enorme expectativa que el arribo de Francisco provocó en distintos estamentos de Estados Unidos. Pero hay muchos sectores que ven al Papa con sospechas y suspicacia. Primero fueron sus críticas a la "obsesión" de la Iglesia católica con el aborto y los gays, luego su condena al "capitalismo salvaje" y a la "dictadura de la economía" y después, sus palabras sobre la responsabilidad del hombre en el cambio climático.
La llegada de Francisco y el saludo con Obama, que lo esperó al pie de la escalinata.
Estos conceptos no caen bien en muchos políticos y comentaristas estadounidenses de tendencia conservadora que ya habían expresado abiertamente sus reservas sobre el pontífice, según informa BBC.
La visita a Cuba y la falta de críticas no cayó muy bien en muchos sectores.
El hecho de que haya pasado antes por Cuba, y no aprovechara la ocasión para hablar públicamente a favor de la democracia y los derechos humanos, y la libertad de expresión también molestó. Según declaró en mayo el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, el papa está algo nervioso por su primera visita al cuarto país con más católicos del mundo, aunque la mayoría casi absoluta vive el hecho con emoción y alegría.
Los que ponen reparos son los los sectores más conservadores, como reconoce Stephen Moore, economista del centro de estudios The Heritage Foundation en Washington. "Se ha mostrado muy escéptico con el capitalismo y el libre mercado y creo que eso es preocupante", le dijo a BBC Mundo Moore, quien no duda en señalar que el pontífice tiene "claramente tendencias marxistas".
Para Rush Limbaugh, popular periodista, lo que dice el Papa es “puro marxismo”.
Esto ya había sido señalado por el locutor Rush Limbaugh, quien tiene millones de seguidores, luego de la publicación de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Entre otras cosas, en esa exhortación el Papa rechazaba las teorías que sostienen que el libre mercado hace que la riqueza tarde o temprano llegue a todo el mundo. “Eso es puro marxismo”, dijo al aire.
Para Sarah Palin y el Tea Party es “muy liberal”.
Estrellas del ultraconservador Tea Party como la excandidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin o el ex precandidato republicano Rick Santorum, también mostrarron sus reparos hacia la "agenda liberal" del Papa. Santorum, quien es padre de familia numerosa, llegó a asegurar que "a veces es difícil escuchar" al papa Francisco, por las recientes declaraciones en las que dijo que "ser un buen católico no implica tener hijos como conejos".
Evo Morales le regaló un crucifijo con forma de hoz y martillo. Al Papa no le gustó nada.
Las críticas también llegaron de medios como la cadena de televisión Fox News, de tendencia conservadora, en la que el periodista Adam Shaw comparó la popularidad del Papa con la que disfrutó en sus primeros días como presidente de EE.UU., Barack Obama. "Igual que el presidente Obama ha sido una decepción para EE.UU., el papa Francisco demostrará ser un desastre para la Iglesia católica", escribió el periodista.
Para los conservadores tanto Obama como el Papa son una decepción.
Según el Papa, su visión sobre la redistribución de la riqueza, las injusticias del sistema capitalista y la necesidad de ayudar a los más pobres proviene de los evangelios, y nada tiene que ver con el marxismo o el comunismo.
Austen Ivereigh, autor de la biografía del papa Francisco "El Gran Reformador: Retazos de un papa radical", afirma que Francisco sabe muy bien lo que le espera en EE.UU. "Lleva muchos meses preparando esta visita, consultando a muchas personas y tratando de entender cuáles son los valores y principios que alimentan la cultura del país”, le dijo Ivereigh a BBC Mundo.
En ese sentido, el Papa -quien tendrá la oportunidad de dirigirse al Congreso de EE.UU.- podrá mostrar como carta de acercamiento a los estadounidenses su origen inmigrante, como la mayoría de la población de este país.
Benedicto y Juan Pablo tenían más coincidencias con los conservadores de EE.UU.
James Pethokoukis, periodista y analista del Instituto de Empresa Estadounidense dijo que a Francisco se le dificultará tener la buena imagen de la que disfrutaban sus antecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, en Estados Unidos. Efectivamente, Juan Pablo, Benedicto y los conservadores estadounidenses coincidían plenamente en cuestiones de moral, aunque ambos pontífices realizaban críticas al capitalismo y los mercados mucho más veladas que las de Francisco.
"La razón por la que los conservadores veían con mejores ojos a Juan Pablo II y a Benedicto XVI es que estos pasaron mucho más tiempo hablando de los dogmas del catolicismo, sobretodo de lo relacionado con la moral sexual", sostienen los analsitas. En cambio, el papa Francisco ha desviado la conversación hacia el sufrimiento que causa la pobreza y la indiferencia ante esta, lo que creo hace sentir incómodos a algunos de los que tienen mucho dinero