24 Julio de 2018 17:10
Once de los doce niños que permanecieron 17 días encerrados en una cueva de Tailandia comenzaron el proceso para ser ordenados como novicios budistas.
Once de los doce niños serán ordenados como novicios.
Según consigna el diario Bangkok Post los niños vivirán durante nueve días en un templo budista para así cumplir la promesa que hicieron sus familias en agradecimiento por haber sido rescatados con vida de la cueva Tham Luang y también en memoria del voluntario que murió en el proceso.
Los chicos y su entrenador de 25 años, Ekapol Chanthawong, habían ido a explorar las cuevas el 23 de junio, donde quedaron atrapados tras una fuerte tormenta que inundó el lugar. Después de nueve días sin señales de vida, los buzos rescatistas dieron con el grupo y recién una semana después pudieron sacarlos de allí.
Deberán pasar nueve días viviendo con monjes budistas.
"Los once muchachos serán ordenados como novicios, mientras que el entrenador Ek será ordenado como monje", dijo Rachapol Ngamgrabuan, un funcionario de la oficina de prensa provincial de Chiang Rai.
El grupo de fútbol hará el retiro en agradecimiento a su rescate.
Sólo un niño no será ordenado. Se trata de Adul Sam-on, de catorce años que, a diferencia del resto de los chicos que son budistas, es cristiano. En ese caso, el joven orará por la familia de Saman Kunan, el ex buzo del Navy Seal que murió durante las operaciones de rescate.
Vestidos con remera y pantalón blanco, el ritual comenzó con los niños en fila rezando con sus palmas juntas, tal como indica la tradición. Al mismo tiempo un monje con una túnica color mostaza dirigió un agradecimiento a Buda por su rescate seguro.
Los jóvenes debieron ser rapados para poder entrar al santuario.
Luego, los niños y su entrenador encendieron velas amarillas en el Wat Phra That Doi Wao, un templo budista en el distrito Mae Sai de Chiang Rai, de donde es oriundo todo el equipo de fútbol.
El templo que alojará a los niños es el el Wat Phra That Doi Wao.
Como parte de las ofrendas, un altar blanco con bandejas llenas de dulces, frutas y jugos se dispusieron frente a las estatuas de Buda envueltas en tela de oro brillante.
Luego de esta ceremonia, los jóvenes deberán vivir como monjes durante nueve días a partir del miércoles. Para ello sus cabezas fueron afeitadas como parte de un rito de purificación.
Los hombres tailandeses son ordenados como monjes budistas una vez que alcanzan la mayoría de edad, una práctica que se cree que trae bendiciones y honor a sus familias. Sin embargo, dada la proeza vivida por estos once muchachos se los habilitó para poder hacerlo antes.
