Luego de ser acusado de abusar sexualmente de una menor -a la que llegó a través de Jeffrey Epstein, empresario acusado de pedofilia y tráfico sexual, que se suicidó en prisión- el príncipe Andrew de Inglaterra ahora se ve acechado por un segundo escándalo.
Poder e influencias
Así, el diario The Mail reveló que se aprovechó de su rol como representante del comercio exterior británico para favorecer al financista David Rowland, con quien mantiene una cercana amistad. A través de la ayuda del príncipe, habría logrado acercarse a posibles clientes para su entidad bancaria, Banque Havilland.Según la publicación, que accedió a una serie de correos electrónicos que probarían los hechos, Andrew conectó a Rowland con jefes de Estado, representantes de instituciones oficiales y miembros de la realeza internacional que conocía durante sus giras oficiales. A su vez, el financista les ofrecía inversiones en fondos offshore.
Paralelamente, el príncipe también habría forjado un negocio en sociedad con Rowland, con sede en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes.
De acuerdo a la información a la que accedió The Mail, en sus viajes oficiales como representante del comercio exterior, Andrew llevaba como acompañante a Jonathan Rowland, hijo y heredero de David, para presentarle a poderosos personajes como el chino Louis Cheung (presidente de la corporación de seguros Ping An o el príncipe árabe Sultan bin Salman bin Abulaziz al Saud.
Además, el príncipe habría utilizado su influencia política para ayudar a los Rowland de otras maneras. Por ejemplo, solicitó al gobierno de Islandia un informe sobre la situación financiera del país para enviárselo a la familia de financistas, que había adquirido parte de un banco en ese país meses antes.
Los abusos
Días atrás, Virginia Giuffre -quien supuestamente fue abusada por Andrew cuando tenía 17 años- ofreció una entrevista en la BBC. Allí, recordó su época como víctima de trata a manos de Jeffrey Epstein (que se suicidó en la cárcel en agosto) y su cómplice, la madama Ghislaine Maxwell.Así, recordó que su primer encuentro con el prínciipe fue en un club nocturno, donde él le compró un cóctel y le pidió que bailara con él. "Es el peor bailarín que vi en mi vida, fue horrible. Sudaba muchísimo, parecía que hacía llover transpiración en todos lados. Me dio asco pero sabía que tenía que mantenerlo contento porque era lo que Jeffrey y Ghislaine esperaban de mi", agregó.
Según Giuffre, luego de que abandonaron el lugar, recibió las instrucciones de Maxwell. "Me dijo que tenía que hacer por Andrew lo que hacía por Jeffrey", recordó expresando que el abuso sucedió en la casa de la madama.
"Le pido al pueblo de Inglaterra que me apoye, que me ayude a pelear, que no acepte esto como algo que está bien", imploró. "Ésto no es una sórdida historia sexual: es una historia de tráfico, abuso y de un hombre de su realeza".