Lula ya es un rebelde. Vencido el plazo otorgado por el juez Sérgio Moro para entregarse a la Policía Federal y quedar en prisión por haber recibido una supuesta coima.
El ex presidente se prepara para dirigirse a sus seguidores que acamparon en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo donde pasó la noche.
Lula saludó a su gente.
En estos momentos los abogados del ex mandatario negocian con la policía federal una posible detención no violenta. "Se abrió un canal de negociación frente a la Policía Federal", dijo Marcio Pochmann, presidente de la Fundación Perseu Abramo y economista del PT que estuvo reunido con Lula.
El juez no considera todavía prófugo a Lula ya que ahora le corresponde a la Policía Federal ejecutar la orden de prisión.
Centenares de seguidores forman un escudo humano alrededor del sindicato donde está Lula.
Da Silva planea asistir mañana a una misa en homenaje a su esposa, Marisa Letizia Rocco, que falleció el año pasado, anunció hoy el senador Roberto Requiao, del ala nacionalista del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB).
Se trata de la primera declaración que sugiere que se habría llegado a un acuerdo para que Lula no sea detenido esta noche, ya que sería de alto riesgo ejecutar un operativo policial con las miles de personas que están rodeando el sindicato.
En todo San Pablo las protestas por la decisión judicial se multiplican y en las cercanías del sindicato sus fieles rechazan su detención y se agrupan para apoyar al líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Da Silva fue condenado a prisión por supuestas coimas por US$ 1,2 millones.