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Mafia y Vaticano: hallan huesos y creen que podrían ser de una adolescente desaparecida en 1983

Los restos, hallados en la nunciatura vaticana en Roma, podrían pertenecer a Emanuela Orlandi, vista por última vez en 1983.

31 Octubre de 2018 16:33
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El macabro hallazgo de restos óseos en la sede de la nunciatura apostólica del Vaticano en Roma ha reencendido el interés en uno de los misterios más grandes de la crónica policial italiana: la desaparición de Emanuela Orlandi en 1983.

El cartel que repartieron los padres de Emanuela luego de su desaparición.

Los huesos fueron encontrados el lunes cuando se refaccionaba el sótano de Villa Georgina, donde actualmente vive el arzobispo suizo Paul Tscherrig, y serán sometidos pronto a análisis de ADN ya que se sospecha que podrían pertenecer a dos cuerpos diferentes.

Dato que a su vez arroja intrigas sobre otra desaparición, la de Mirella Gregori, una adolescente que desapareció el mismo año que Emanuela Orlandi. 

Orlandi, quien tenía 15 años al momento de desaparecer, era hija de un funcionario vaticano cercano al Papa y fue vista por última vez luego de salir de una clase de flauta en un edificio aledaño a la basílica de San Apolinar, junto a plaza Navona. 

Días después, los padres de la joven comenzaron a recibir extraños mensajes telefónicos de personas que aseguraban tenerla como rehén y exigían, a cambio de su liberación, la entrega de Alí Agca, el turco detenido el año anterior por intentar asesinar a Juan Pablo II.

Pronto, en un paquete de correos, recibieron el bolso que Emanuela llevaba el día de su desaparición, lo que generó la lógica desesperación de la familia. 

La sombra de la mafia

Las principales sospechas giraron siempre en torno a Enrico de Pedis, el capo de la Magliana, una poderosa banda mafiosa. Su relación con el caso se profundizó cuando 22 años después de la desaparición de Orlandi, una voz anónima llamó al programa televisivo Chi l'ha visto develando una pista: "Para saber más sobre Emanuela, miren en la tumba de De Pedis y averigüen el favor que le hizo al cardenal Poletti".

Enrico De Pedis, el capo mafioso que habría asesinado a Emanuela. 

Vale recordar que De Pedis -asesinado en 1990- había donado al prelado Ugo Poletti una suma de dinero a cambio de ser enterrado en la cripta de San Apolinar, lugar reservado a dignatarios de la Iglesia.

Sin embargo, cuando al fin la familia Orlandi logró que se inspeccionara la tumba en el 2012, ningún rastro de la joven fue hallado.

Pero otra voz se sumó en contra del mafioso, la de su ex amante Sabrina Minardi. Frente a un juez, aseguró que Emanuela había sido secuestrada y asesinada por De Pedis por orden del ex presidente del Banco Vaticano, el cardenal Paul Marcinkus.

La razón tenía que ver con el conocimiento que Ercole, padre de la adolescente, tenía sobre peligrosos documentos del Vaticano, referidos a ese banco, que luego quebró. 

Y con el hallazgo de los huesos en la nunciatura apostólica romana se agrega un nuevo dato incriminante: allí supo trabajar monseñor Piero Vergari.

Ex rector de la basílica de San Apolinar y el único religioso investigado en el marco del caso Orlandi, fue capellán de una cárcel por la que supo pasar De Pedis y se dice que mantenía largos diálogos con el criminal. 

Como rector de San Apolinar, Vergari fue también quien dio la autorización para que el mafioso fuera inhumado allí. "Se certifica que el señor Enrico De Pedis ha sido un gran benefactor de los pobres que frecuentaban la basílica y ha ayudado concretamente a muchas iniciativas de bien patrocinadas en estos últimos tiempos, tanto de carácter religioso como social. Ha dado contribuciones particulares para ayudar a los jóvenes, interesándose sobre todo por su formación cristiana y humana", reza el texto que escribió en aquel entonces.