20 Enero de 2021 13:38
El lugar que Donald Trump eligió para afincarse luego de abandonar la Casa Blanca es su lujosa mansión en el resort Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida.
Con sus redes sociales bloqueadas y un juicio político por delante, algunos vecinos ya se mostraron molestos por la mudanza del ex presidente norteamericano.
La casa era usualmente utilizada por Trump en invierno para disfrutar de las templadas temperaturas de la zona jugando al golf e incluso organizando reuniones oficiales.
Construida en estilo hispano-morisco, al estilo de las villas del mediterráneo, la mansión se ubica a orillas del océano Atlántico y tiene una extensión de 10.200 metros cuadrados.
Cuenta con 126 habitaciones, y los detalles de decoración incluyen mármoles, detalles en oro, alfombras orientales, candelabros, frescos europeos y tapices flamencos del siglo XV.
Una historia ilustre
La residencia fue construida en 1923 por la magnate Marjorie Merriweather Post, propietaria de General Foods, Inc. El trabajo fue encomendado a arquitectos norteamericanos y diseñadores europeos.En la construcción se utilizaron bloques de mármol blanco y negro para los pisos, tejas procedentes de un castillo cubano y una colección de casi 36.000 azulejos españoles, algunos del siglo XV. El techo de la sala principal copia a uno de la Academia de Venecia, y está enchapado en oro.
La propiedad fue adquirida por Trump en 1985 por 10 millones de dólares y se calcula que su valor actual es de 200 millones. El magnate la convirtió en un alojamiento y club ultraselecto al que solo pueden acceder personas de su entorno que buscan privacidad, las cuales pueden tener acceso a las amenities del lugar.
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Al parecer, los habitantes de Palm Beach no están contentos con que el empresario viva permanentemente en Mar-a-Lago y hasta presentaron una queja formal al ayuntamiento en diciembre, reclamando que el club no puede ser utilizado como una vivienda de tiempo completo.
Es que el contrato del espacio estipula que el uso de las suites de la mansión debe limitarse a un máximo de tres periodos no consecutivos de siete días al año, algo que Trump no cumplió
Además, una semana atrás Mar-a-Lago recibió una advertencia del condado de Palm Beach luego de que se difundiera un video en el que Donald Trump Jr. celebraba una fiesta de fin de año donde los invitados no usaban tapabocas ni cumplían con el distanciamiento social.