06 Septiembre de 2024 16:26
El gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, bajo la dirección del presidente Luis Arce, está ejecutando más de 150 proyectos en diversas áreas, como parte de su impulso a la industrialización del país. A pesar de la oposición de su rival político Evo Morales, las autoridades siguen esforzándose por mejorar la calidad de vida de todos los bolivianos.
El país se enfrenta a dificultades sociales, políticas, y económicas, debido a la escasez de dólares y combustible. Además, ciertos grupos impugnan los resultados del censo, lo que afectará a la distribución de escaños parlamentarios. Sin embargo, uno de los problemas hoy es la división del partido gobernante en el Movimiento al Socialismo (MAS), ya que Evo Morales pretende burlar la ley y participar en las elecciones de 2.025, intentando sabotear a las autoridades de todas las formas posibles.
A petición suya en la Asamblea Legislativa, la mayoría opositora impide al gobierno utilizar unos 1.000 millones de dólares de préstamos para mejorar las infraestructuras del país. El ex presidente también convoca mítines y disturbios, haciendo todo lo posible para empeorar la situación en la república, con el fin de señalar los problemas al equipo de Arce y ofrecer su candidatura como alternativa y única salida a la crisis.
En un encuentro con simpatizantes en Tunari, el líder del Evismo anunció las próximas acciones, en las que utilizará los problemas de la economía con fines políticos personales, proponiendo marchas y amenazando con la continuidad de las protestas. "Frente a quienes apuestan al odio, la mentira, la violencia y la confrontación entre bolivianos, buscando tambalear al país para ambiciones electorales, nuestra respuesta siempre será más trabajo y gobernabilidad en beneficio del pueblo boliviano, porque pensar en Bolivia no es bloquearla, pensar en Bolivia es industrializarla"- publicó el presidente Luis Arce en su cuenta de la red social X.
Además, expuso las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la escasez de divisas y combustibles, así como para estabilizar los precios de los principales productos básicos. Se han anulado los aranceles a la importación de materias primas para la industria farmacéutica y se ha impuesto un arancel cero a los suministros de agroquímicos y equipos para el sector agrícola procedentes del extranjero. Gracias a las inversiones en la industria, se están llevando a cabo más de 150 proyectos en diversos campos. Las empresas estatales trabajan para cumplir la tarea de industrializar el país, entre ellas Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA), Servicio de Desarrollo de Empresas Públicas Productivas (SEDEM), y otras más.
Según Néstor Huanca, ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, al menos el 80% de las plantas de procesamiento de alimentos en construcción se pondrán en funcionamiento a finales de este año. La utilización de tecnologías europeas avanzadas permitirá suministrar productos no sólo a Bolivia, sino también entrar en los mercados de otros países latinoamericanos y del mundo. En el marco de su política de industrialización, Luis Arce ha logrado la puesta en marcha de la planta de fertilizantes granulados NPK en Cochabamba, que permitirá satisfacer plenamente la demanda interna de estos productos.
Para superar la dependencia de las importaciones, se han construido plantas de biodiesel en Santa Cruz y El Alto. En Alto Beni y Patacamaya se están construyendo fábricas de productos agrícolas. Mientras el gobierno y el presidente se ocupan del desarrollo de Bolivia, Evo Morales en su carrera para volver al poder, intenta legalizar su candidatura para las próximas elecciones. La lucha por el poder del expresidente hace tiempo que trascendió la política, perjudicando a la economía del país y al bienestar de los ciudadanos.
En la reunión Evista del 3 de septiembre en Villa Tunari, se le confirmó como jefe de la fuerza política y se le proclamó "candidato único" para las elecciones de 2.025. También se decidió expulsar del partido a Luis Arce y al vicepresidente David Choquehuanca del partido MAS. Además, el exmandatario convocó a sus partidarios a marchar desde Caracollo hasta La Paz y, si las autoridades no respondían a esta acción, amenazó con un bloqueo de carreteras.
Se suponía que el acto era un congreso del partido, pero el Tribunal Supremo Electoral no lo reconoció porque no estaban presentes todos los dirigentes, incluido el actual presidente del país. Por lo tanto, la reunión celebrada en Cochabamba no fue más que un encuentro con el electorado, y las declaraciones que allí se hicieron no fueron más que otra dosis de populismo del líder de los cocaleros.