por Marcelo Dimango
23 Septiembre de 2015 14:04" type="video/youtube">
El papa celebnró una misa para los 450 obispos norteamericanos en la catedral de San Mateo
Tras la visita a la Casa Blanca, donde se reunió con el presidente Barak Obama y brindó un discurso desde los jardines, el papa Francisco se reunió con los más de 400 obispos americanos en la catedral de San Mateo, en Washington.
Allí el Santo Padre instó a los norteamericanos a recibir con los brazos abiertos a la comunidad latina y aseguró que esta comunidad enriquecerá tanto a esa Nación como la Iglesia católica.
El papa Francisco se detiene a rezar en el altar de la catedral de San Mateo.
"Acojanlos sin miedo. Ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón", les dijo el Papa.
“Acojanlos sin miedo
"La Iglesia estadounidense conoce como pocas las esperanzas de los corazones de los migrantes. Desde siempre ha aprendido su lengua, apoyado su causa, integrado sus aportaciones, defendido sus derechos, promovido su búsqueda de prosperidad, mantenido encendida la llama de su fe", recordó Francisco quien se presentó ante los norteamericanos como "un pastor venido del sur".
A la salida de la catedral, el Sumo Pontífice se detuvo a saludar a la multitud que lo esperaba.
"Ahora tienen esta larga ola de inmigración latina en muchas de sus diócesis, (...) siento la necesidad de darles las gracias y de animarles", señaló a los obispos.
Durante el mismo discurso, el Pontífice se refirió a lo que definió como los "momentos oscuros" de los últimos años en la Iglesia en este país, en relación a los casos de abusos sexuales a menores de edad.
Francisco, junto al Obispo de Philadelphia, Charles Chaput, quien oficiará de anfitrión para la Jornada de la Familia cuando el papa
llegue esta semana a esa ciudad. Chaput quiere evitar la presencia de la comunidad LGTB en ese encuentro.
"Soy consciente del valor con el que han afrontado momentos oscuros de su recorrido eclesiástico sin temer autocríticas ni ahorrarse humillaciones y sacrificios", y agregó: "Sé cuánto les ha hecho sufrir la herida de los últimos años, y he seguido de cerca su generoso esfuerzo por curar a las víctimas, consciente de que, cuando curamos, también somos curados, y por seguir trabajando para que esos crímenes no se repitan nunca más”, dijo el pontífice quien repitió: "Que los crímenes de pederastia no se repitan jamás".
Francisco pidió así a los obispos estadounidenses que trabajen para que los casos de abuso sexual de niños que sacudieron a la Iglesia Católica no se repitan.
Antes de dejar la Casa Blanca, el presidente Obama lo llevó al papa a recorrer los interiores y exteriores del lugar.
Sobre la inmigración en Estados Unidos, Francisco reconoció el trabajo que realiza el país con los millones de personas que llegan a Estados Unidos. "Ninguna institución estadounidense hace más por los inmigrantes que sus comunidades cristianas", apuntó.