Desde las profundidades de la Tierra sorprendió la muerte. Es que un terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter provocó hasta ahora el fallecimiento de 73 personas y la ruina de varias ciudades italianas a sólo 150 kilómetros de Roma.
Amatrice, a 140 kilómetros de la capital, fue una de las más afectadas. "Hay barrios que ya no están. Medio Amatrice ya no existe", lamentó su alcalde Sergio Pirozzi. En el pueblo medieval, característico por sus casas de piedras, viven 2.730 personas. Algunos se animaron a decir que el 70% de los hogares desaparecieron en sólo segundos.
En tanto, Accumoli fue la localidad donde más se sintió la magnitud del terremoto. "Cuando ha llegado la luz del día pudimos ver que ya no se oye la vida porque muchas personas quedaron bajo los escombros de los edificios que ya no están", expresó sin vueltas el alcalde Stefano Petrucci.
Finalmente, mientras las autoridades provinciales y locales asisten a los heridos, el primer ministro Matteo Renzi llamó a la unión de sus compatriotas: "En tiempos difíciles, Italia sabe qué hacer".