A pesar de su buena salud, la reina Elizabeth II de Inglaterra ya tiene 92 años y la edad a veces se hace sentir. La semana pasada, por ejemplo, canceló su presencia a una misa en la catedral de St. Paul en Londres porque no se sentía bien.
El funeral de la reina ya preocupa al gobierno británico.
Así, según publica el diario inglés The Sunday Times, el gobierno británico ya comenzó a delinear el plan de contingencia para encarar los pasos inmediatamente posteriores a la muerte de la monarca.
En ese marco, la semana pasada, el "número dos" del gabinete británico, David Lidington, encabezó una reunión donde se evaluó el posible camino a seguir. Al encuentro asistieron, entre otros, el ministro del Interior, Sajid Javid, la líder del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, y el ministro para Escocia, David Mundell.
Entre otras decisiones se determinó, por ejemplo, que la muerte de la reina determinará 10 días de luto nacional y se delineó la manera en la que la primera ministra Theresa May se dirigirá al pueblo para comunicar la noticia. Además, se estableció que el cuerpo de Elizabeth II permanecerá durante cuatro días en el palacio de Westminster, sede del Parlamento.
Finalmente, se subrayó la necesidad de que luego de ser elegido como nuevo rey, el príncipe Charles visite Escocia y Gales para reafirmar su status como "parte integral de su reino" y dar un mensaje de unidad.
La emergencia de Lady Di
El planeamiento anticipado también apunta a evitar emergencias como la ocurrida luego de la imprevista muerte de Lady Di, fallecida en un accidente automovilístico en 1997.
El funeral de la princesa Diana tuvo que armarse con un plan "prestado".
Por entonces, el gobierno británico tuvo que echar mano de los planes establecidos para el funeral de la Reina Madre, que habían sido ensayados previamente durante varios años. La progenitora de Elizabeth II tenía en aquel entonces 96 años y eventualmente viviría cinco más: murió en el 2002 a los 101.