1
El Monopoly está prohibido
Aunque se trata de uno de los juegos de mesa más vendidos a nivel mundial, los pequeños principitos tienen prohibido jugar al Monopoly. La regla aplica para todos los miembros de la familia real inglesa.
2
Nada de ajo
La regla sólo aplica cada vez que coman junto a la Reina. ¿El motivo? La monarca odia el ajo y está prohibido en el menú real desde que fue coronada.
3
Viajes por separado
Aunque hasta ahora viajan en grupo y junto a sus padres, esto cambiará con el correr de los años. Al cumplir ocho, el príncipe George no podrá viajar junto a su padre. ¿El motivo? Está prohibido que dos herederos al trono se trasladen juntos por temor a un accidente.
4
Navidad a la argenta
Aunque en realidad la tradición navideña de la familia real responde a su origen alemán, lo cierto es que no celebran las fiestas del mismo modo en el que lo hacen el resto de los ingleses.
En Balmoral, palacio en el que celebran todos los años la Navidad, los regalos se abren después de las doce de la noche y no por la mañana.
5
Ropa tradicional y atemporal
Los nietos de Lady Di no pueden vestirse del modo en el que quieran. El código de vestimenta estipula que los varones tienen que llevar pantalones cortos hasta que cumplan ocho años y que las mujeres deben usar siempre vestido y saquitos. Eso sí: si hace frío, les permiten usar medias largas.
6
La odisea de comer con la abuela
Aunque es su abuela, el estricto protocolo también aplica para los herederos al trono. Al igual que el resto de los comensales y sin importar si se trata de una cena privada o pública, los nietos de la reina deben dejar de comer en el mismo momento en el que lo hace la monarca.
7
Están prohibidos los apodos
Los chicos tienen prohibido utilizar apodos o apelativos amorosos durante los actos públicos. Siempre deben referirse al otro por su nombre completo.
8
Los idiomas a la orden del día
Una de las condiciones impuestas por la reina es que todos sus herederos hablen más de un idioma. El objetivo es que estén preparados para representarla en los viajes internacionales.
En efecto, los hijos de William y Kate ya comenzaron a estudiar castellano, de la mano de su niñera española.