El papa Francisco revolucionó la ciudad de Nueva York, adonde llegó en su tercer día de la gira por los Estados Unidos. Tras un vuelo de dos horas, que despegó de la Base Militar Andrews, en Washington, aterrizó en el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy.
A bordo del habitual Fiat 500 large, con el que elige recorrer las calles de las ciudades que visita, se dirigió a la mítica Catedral de Saint Patrick donde se reunió con los obispos locales y el clero de “La Gran Manzana”.
El carisma de Francisco cautiva a los estadounidenses.
La impresionante basílica, ubicada en la Quinta Avenida a pasos del Rockefeller Center, estuvo prácticamente blindada por un gigantesco operativo de seguridad para cuidar a Francisco.
Como viene ocurriendo desde que llegó a esta tierra, el Sumo Pontífice cautivó a las miles de personas que escucharon su homilía, primero en español y la última parte en inglés.
El Papa dio una misa en la mítica Catedral de Saint Patrick en Nueva York.
contra los abusos
Acompañado por el arzobispo de Nueva York, Jorge Bergoglio dirigió su mensaje a los sacerdotes, los consagrados y las consagradas.
“Esta tarde he venido a rezar con ustedes, para que nuestra vocación siga construyendo el gran edificio del Reino de Dios en este País. Sé que ustedes han sufrido mucho a causa de la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos”, expresó en clara referencia a los abusos sexuales cometidos por miembros del clero.
“Los acompaño en este tiempo de dolor y dificultad, así como agradezco a Dios el servicio que realizan acompañando al Pueblo de Dios”, agregó.
“Al igual que San Pedro, les pido que, ante cualquier prueba que deban enfrentar, no pierdan la paz y respondan como hizo Cristo: dio gracias al Padre, tomó su cruz y miró hacia delante”, los alentó.
el operativo
El mapa con el cierre de calles por la presencia de Francisco en Nueva York.
En esa ciudad lo aguarda una apretada agenda que se suma a los acontecimientos que viene protagonizando desde que arribó a La Habana, Cuba, el 19 de setiembre pasado, en una histórica gira por ambos países en medio del deshielo en las relaciones políticas.
La historia de la niña de cinco años que burló la custodia está en boca de todos.
Mañana por la mañana abrirá la Asamblea General de las Naciones Unidas. También visitará el Gound Zero, dará una misa multitudinaria en el Giants Stadium y un oficio en la Jornada Mundial de la Familia.
El discurso en el Capitolio
Antes de volar a Nueva York, Francisco dio un histórico discurso en el Capitolio, donde reclamó ante los legisladores sobre la pobreza, el fundamentalismo, la inmigración, el cambio climático, el diálogo, la pena de muerte y el comercio de armas, todos temas sensibles para los políticos de Estados Unidos.
Fue uno de los mensajes más políticos que probablemente se le escuchen al Papa en este país. Francisco había sido invitado por el presidente de la cámara de Representantes, John Boehner, que había intentado por 20 años tener a un Pontífice en el recinto.
El Papa conmovió hasta al presidente de la cámara de Representantes, John Boehner.
Calificó a este país como “la tierra de la libertad y el hogar de los valientes” y llamó a los legisladores a “estimular el crecimiento de todos los miembros de la sociedad, especialmente aquellos en situación de gran vulnerabilidad y riesgo”.
En un mensaje contra los fundamentalismos, Francisco evocó a Lincoln y pidió evitar caer en la “tentación” del “reduccionismo simplista que ve solo el bien y el mal” o “los justos y pecadores”. “El mundo de hoy requiere que confrontemos toda forma de polarización”, expresó, y llamó a responder con “esperanza, paz y justicia” al odio y la violencia.
El Santo Padre fue aplaudido de pie tras su discurso en el Capitolio.
A la hora de hablar de los inmigrantes evocó a Martin Luther King, el líder que luchó por los derechos civiles en los años 60. “La gente de este continente no tenemos miedo a los inmigrantes, porque la mayoría de nosotros alguna vez fuimos extranjeros, se lo digo como hijo de inmigrantes”.
También tuvo palabras sobre los nativos y se refirió a los derechos de los que estaban antes en el continente y fueron colonizados. “Aquellos primeros contactos fueron a veces turbulentos y violentos”, afirmó, al tiempo que pidió no repetir “los pecados y los errores del pasado”.
Francisco habló del fundamentalismo, la pena de muerte y el comercio de armas, entre otros temas.
“El mundo enfrenta una crisis de refugiados de una magnitud que no se ha visto desde la Segunda Guerra. Esto nos presenta un gran desafío y decisiones muy duras”, concluyó al respecto.
Con los sin techo
Fiel a su filosofía, Francisco bendijo a unos 300 “sin techo” y voluntarios de una pastoral al salir de la Iglesia de San Patricio.
"Buen apetito", les deseó el Papa, antes que empezaran a comer pollo teriyaki y ensalada de pasta asiática con porotos verdes.
Su Santidad mantuvo un contacto cercano con el grupo durante varios minutos, posó gustoso para fotos, les dio la mano y besó a los niños presentes.
Francisco bendijo a unos 300 “sin techo” que lo esperaban afuera de la Iglesia.
Esos cerca de 300 inmigrantes, minusválidos e indigentes van a diario a buscar alimentos a Caridades Católicas, cuya sede pastoral está contigua a la parroquia San Patricio, construida en 1794 para atender a los inmigrantes irlandeses.