Barack Obama recibirá al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en el Salón Oval de la Casa Blanca para mantener una conversación que asegure una transición tranquila del poder. De esta forma, el actual y futuro primer mandatario dará el primer gesto de madurez democrática de cara a una importante parte de la sociedad enfurecida por el triunfo del republicano.
El electo Presidente será recibido por Obama en la Casa Blanca.
Según informó el propio Gobierno, el encuentro entre Obama y Trump se producirá a las 11:00 (hora local), y tras la reunión brindarán una conferencia de prensa.
"La transición tiene que ser pacífica", dijo Obama ayer al reconocer públicamente el triunfo del ahora electo presidente y destacó el "orgullo" que siente por la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Obama dijo que a pesar de las diferencias "deben lograr una transición en paz".
En ese sentido, a pesar de resaltar las “significativas” diferencias que lo separan de Trump, el actual presidente norteamericano recordó que ocho años atrás, el por entonces presidente George W. Bush se ocupó de trabajar para una buena transición.
"Espero que él mantenga ese espíritu en esta transición y deseo que así comience la presidencia de él. También le dije a nuestro equipo que mantenga las manos en alto porque todo el trabajo que han hecho día tras día, muchas veces con muchos problemas, en agencias, en áreas oscuras de la política de gobierno, y hacerlo más eficiente. Que sea un tema de servicio para más cantidad de gente", agregó Obama.
Diversas protestas se concentraron a lo largo y ancho del país.
El encuentro entre ambos podría servir para calmar la furia social tras el triunfo en las elecciones del multimillonario. Ayer por la noche miles de manifestantes salieron a las calles al grito de "No es mi presidente" y acusaron a Trump de “sexista y misógino”. Por supuesto, muchos se mostraron preocupados por sus posibles políticas inmigratorias, económicas y bélicas.
Las manifestaciones tuvieron como epicentro la famosa Trump Tower, todo un símbolo del poder del nuevo presidente norteamericano.