02 Noviembre de 2023 12:33
El conflicto bélico entre los estados de Israel y Palestina, que comenzó hace más de 70 años, pero que se dinamizó con potencia a partir del ataque organizado por Hamas el 7 de octubre, en el que según las autoridades israelíes mataron 1.400 personas y secuestraron 200 más, continúa creciendo. Desde el Ministerio de Sanidad de Gaza afirmaron que sus muertos llegaron a 8.796, y denunciaron que el ejército invasor bombardeó un campo de refugiados en Jabaliya, en el cual mataron a 195 civiles.
Israel, por su parte, se desentendió del crimen de guerra cuando aseguró que en el operativo mataron a dos comandantes del grupo extremista Hamas y que allí tenían centros de mando y otras "infraestructuras terroristas debajo, alrededor y dentro de edificios civiles, poniendo en peligro intencionalmente a civiles gazatíes". Además, Hamas informó que a partir del ataque 120 civiles quedaron desaparecidos y al menos 777 resultaron heridos.
La probable definición de crimen de guerra no es una acusación sin sustento, ya que responsables de derechos humanos de la ONU aseguraron que esa podría ser la forma de catalogar correctamente el ataque contra el campo. "Dado el elevado número de víctimas civiles y la magnitud de la destrucción tras los ataques aéreos israelíes contra el campo de refugiados de Jabaliya, nos preocupa seriamente que se trate de ataques desproporcionados que podrían constituir crímenes de guerra", reconocieron desde la cuenta de X del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, conducido por el austriaco Volker Türk.
Al mismo tiempo, en las primeras horas de este jueves cayeron bombas cerca del hospital al-Quds de Gaza. Antes desde Israel habían advertido respecto al ataque y habían exigido que se evacúe inmediatamente, algo que rechazaron desde la ONU por considerarlo imposible, ya que expondría a peligros a pacientes que están en grave estado.
La situación sanitaria, debido al bloqueo de Israel, es cada vez más complicada. Los hospitales de la zona de Gaza se ven obligados a cerrar por falta de combustible. Desde el estado invasor impiden el ingreso de nafta y demás porque afirman que este puede ser utilizado por Hamas con fines militares.
El portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, Ashraf al-Qudra, reconoció ante la prensa que el generador eléctrico principal del Hospital Indonesio ya no funciona debido a la escasez de combustible. "Si no conseguimos en los próximos días, llegaremos inevitablemente a una catástrofe", admitió, tras explicar la importancia que tiene para los generadores de oxígeno y los depósitos de las morgues.
Mientras tanto, la frontera entre Gaza y Egipto está abierta a la salida de refugiados que cuenten con pasaporte extranjero. Se espera que unos 7.500 de estos salgan en las próximas dos semanas, mientras que unos 320 lo hicieron en las últimas horas, de la lista original de 500, que acordaron entre Egipto, Israel y Hamas. Los exiliados tenían papeles de países como Australia, Austria, Bulgaria, República Checa, Finlandia, Indonesia, Italia, Japón, Jordania, Reino Unido y Estados Unidos.
La terrible situación que ya cuenta, según la versión palestina, con más de 3.648 niños asesinados en los bombardeos que comenzaron el 7 de octubre, genera preocupación en la comunidad internacional. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, preocupado por la escalada bélica, pidió una "pausa humanitaria".
"No tenemos que elegir entre defender a Israel y ayudar a los civiles palestinos, podemos y debemos hacer ambas cosas", escribió Blinken en un artículo de opinión que publicó el Washington Post el miércoles. Lo paradójico es que Estados Unidos es quien viene bloqueando el pedido de una tregua en la ONU.
El martes Blinken había estado en el Senado estadounidense, donde fue a explicar la ayuda financiera por 14 mil millones de dólares que la gestión de Joe Biden brindó a Israel. Allí se encontró con cientos de manifestantes que cruzaron al funcionario por lo hecho en la región.
"Cesar el fuego inmediatamente", "Protejan a los niños de Gaza, la culpa es suya", "Dejen de financiar el genocidio", fueron algunos de los gritos que se oyeron por estos manifestantes que hicieron su protesta con pintura roja en sus manos, que emulaba sangre.
A su vez, diferentes encuestas realizadas en la sociedad civil estadounidense, dejaron como resultado que aproximadamente un 70 por cientos de los habitantes locales consideran que la posición de su gobierno es demasiado pro Israel.
"El presidente ha dejado claro que EE.UU se asegurará de que Israel tenga lo que necesita para defender a su pueblo contra todas las amenazas, incluidas las de Irán y sus grupos aliados. La asistencia de seguridad en nuestra solicitud complementaria nos permitirá cumplir ese compromiso", explicó Blinken en el artículo. "Al mismo tiempo, importa la forma en que Israel se defiende", agregó.
"Los civiles palestinos no tienen la culpa de las atrocidades de Hamas ni de la grave crisis humanitaria en Gaza. Son sus víctimas. Como ocurre con los civiles en cualquier conflicto, se deben proteger las vidas de los civiles palestinos", expresó el funcionario.
También pidió "que el flujo de alimentos, agua, medicinas, combustible y otra ayuda humanitaria esencial hacia Gaza debe aumentar, de manera inmediata y significativa", ya que "significa que los civiles palestinos deben poder mantenerse fuera de peligro, que se deben tomar todas las precauciones posibles para salvaguardar los sitios humanitarios, y que se deben considerar pausas humanitarias para estos fines".
Por otro lado acusó a Hamas de utilizar "cínica y monstruosamente" a civiles "como escudos humanos" y de "lanzar cohetes desde hospitales, escuelas y edificios residenciales". Aunque relativizó todo cuando afirmó que "a pesar de estos desafíos, prevenir una catástrofe humanitaria en Gaza es vital para la seguridad de Israel".
"Sin ayuda humanitaria rápida y sostenida, es mucho más probable que el conflicto se extienda, el sufrimiento aumente y Hamas y sus patrocinadores se beneficiarán al presentarse como salvadores en medio de la desesperación misma que crearon. Y la crisis cada vez más profunda socavará la posibilidad de una mayor integración entre Israel y sus vecinos", analizó Blinken. "No podemos encontrar a esos socios si están consumidos por una catástrofe humanitaria y alienados por nuestra aparente indiferencia ante su difícil situación", añadió.
"Abordar la crisis humanitaria en Gaza también se alinea con los principios más profundamente arraigados de nuestra nación, incluida nuestra creencia de que toda vida civil es igualmente valiosa e igualmente digna de protección, sin importar su nacionalidad, etnia, edad, género o fe. Un civil es un civil", señaló Blinken.
La defensa y el rechazo al conflicto bélico también generó una división en la comunidad internacional. El director de la oficina de Nueva York del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Craig Mokhiber, renunció a su cargo con críticas a la ONU por no interrumpir la acción. "Estamos viendo un genocidio ante nuestros ojos", denunció,
"La ONU ha fallado en su cometido de prevenir las atrocidades masivas, proteger a la población vulnerable y hacer que los responsables rindan cuentas. Como abogado de Derechos Humanos con más de tres décadas de experiencia, sé bien que el concepto de genocidio ha sido objeto de abuso a nivel político, pero la actual carnicería contra el pueblo palestino no deja ningún espacio para dudar", remarcó el letrado.
Ante una escalada que, según Mokhiber, la ONU "no parecen tener poder para pararlo", cuestionó a las principales potencias del mundo que apoyaron el despliegue invasor de Israel. Particularmente habló de EE.UU, el Reino Unido y otros países de Europa, a quienes definió como "cómplices" por ayudar económica, diplomática y políticamente a Israel.
El ataque al centro de refugiados despertó el repudio mundial. Argentina estuvo entre los países que cuestionaron la operación bélica que dejó casi 200 civiles muertos. "La población civil, en particular mujeres, niños y ancianos, es la que se ve más afectada por este conflicto. Asimismo, resulta preocupante el aumento de la violencia en Cisjordania", insistieron en un comunicado de la Cancillería. "Nuestro país condena, por tanto, el ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel contra el campo de refugiados", agregaron.
"La Argentina ha condenado en términos inequívocos los ataques terroristas perpetrados por Hamas el pasado 7 de octubre y reconoce el derecho de Israel a su legítima defensa. Sin embargo, nada justifica la violación del derecho internacional humanitario, y la obligación de proteger a la población civil en los conflictos armados, sin realizar distinción alguna", diferenciaron.