15 Enero de 2016 06:28
Simon Watson tiene 41 años, vive en Luton, Inglaterra y es conocido en todo el país por tener un trabajo muy particular: se dedica a vender su esperma a un bajo costo por Facebook para ayudar a todas las parejas que no pueden pagar un tratamiento de Fertilización Asistida.
“Generalmente nace un bebé por semana. Embaracé a 800 mujeres, quiero llegar a las mil
El británico vende su esperma por Facebook y ya dejó embarazadas a 800 mujeres.
Con su particular manera de ayudar, Simon ya embarazó a 800 mujeres que se contactaron a través de la red social para buscar una solución rápida y barata: vende sus espermatozoides bajo el nombre “posión mágica” a un precio de 66 euros (955 pesos argentinos) el frasco.
“Tuve niños desde España a Taiwán, en muchos países. Me gustaría alcanzar el récord mundial y asegurarme de que nadie lo va a romper
Su historia:
A pesar de que parece extraño tener 800 hijos “no legales”, el hombre tiene una vida normal: estuvo casado dos veces y tiene tres hijos “legítimos”.
“Estuve casado dos veces. Mi última mujer estaba harta de esto, de hecho me dijo que desprecia lo que hago
Simon junto a su hija menor: tiene sólo tres que llevan su apellido.
Aunque parezca descuidado, el tratamiento tiene reglas estrictas. Con el objetivo de “proteger a sus clientes”, el hombre se realiza una prueba de enfermedades de transmisión sexual cada tres meses. Luego publica los resultados del hospital en la Web.
Se realiza análisis de sangre cada tres meses y los publica en las redes sociales.
En diálogo con la BBC, el británico contó detalles sobre su vida privada y su insólito trabajo: “Generalmente nace un bebé por semana. Creo que tengo alrededor de 800 hasta ahora, por lo que el plazo de cuatro años me gustaría llegar a 1.000”.
¿Su objetivo de vida? “Tuve niños desde España a Taiwán, en muchos países. Me gustaría alcanzar el récord mundial, asegurarme de que nadie lo va a romper, obtener el mayor número posible”.
El británico sube, además, las fotos de los test de embarazo que dan positivo.
Además, el británico narró detalles sobre su vida privada: “Estuve casado dos veces. Mi última mujer estaba harta de esto, de hecho me dijo que desprecia lo que hago”.
Para finalizar, el británico explicó por qué su método es más simple que el convencional: “En una clínica de fertilidad la gente tiene que pasar por un montón de obstáculos, sesiones de asesoramiento, enormes cantidades de pruebas y luego pagar fortunas absolutas para el servicio. Pero, en realidad, si tienen un donante privado sólo deben ir a verlo, se reúnen en algún lugar, obtienen lo que quieren y se van”.
Pero Simon no está solo: Thomas, su hijo de 20 años, es quien lo ayuda con su página de Facebook. “Cada vez que comparten una foto me hace feliz, es lindo saber que tengo un nuevo hermano o hermana”, le aseguró el joven al mismo medio.