Luego de que el presidente electo de Uruguay Luis Lacalle Pou expresara su intención de incentivar la inmigración argentina a ese país, el ex primer mandatario José "Pepe" Mujica lo cruzó duramente señalando que debería impulsar las inversiones locales para que inviertan "en vez de traer 100 mil cagadores argentinos".

"Tenemos unos 24 mil millones de dólares desparramados por el mundo. ¿Por qué no intentamos que una parte de esa plata venga para el país?", se preguntó Mujica abogando por un Estado que apoye "los emprendimientos productivos locales no como gestor sino en alianza con privados". 

A favor y en contra

Lacalle Pou había advertido que Uruguay "por distintas razones, tiene la posibilidad de convertirse en un lugar de llegada, no solo de vecinos del Mercosur, sino del mundo" si ofrece "seguridad pública" y "certezas a largo plazo".

Mujica no fue el único en criticarlo. El presidente uruguayo Tabaré Vázquez advirtió que la propuesta del primer mandatario electo "no es una cosa fácil" de implementar aunque sí admitió que "sería mucho mejor para el país tener un mercado interno de seis millones de habitantes".

Por su parte, el ex ministro de Economía del gobierno de Vázquez, Danilo Astori, expresó que Lacalle Pou "está proponiendo retroceder a tiempos que Uruguay superó hace bastante, suscribiendo acuerdos internacionales de intercambio de información, y de combate al lavado de activos y a todos los delitos organizados que están asociados al lavado de activos".