Un escándalo de corrupción desatado en Cuba tiene como protagonista a un argentino. Emilio Enrique Cotter fue condenado en La Habana a 10 años de cárcel por un supuesto pago de coimas a funcionarios de la empresa estatal Cuba Petróleos (CUPET).
Cotter es representante de la empresa DFS, de origen uruguayo, y presuntamente habría pagado altas sumas mensuales a dos directivos, así como costosos obsequios para conseguir contratos.
El tribunal que condenó a un argentino a diez años de prisión por coimas.
"La mentalidad corrupta" de Cotter también lo llevó a "sobornar" a dos especialistas del Centro de Investigaciones de la Industria Química cubana para que hicieran un "peritaje falso", dijo el coronel de la Seguridad del Estado Eduardo Pérez.
Junto al argentino, un tribunal de Justicia condenó también a seis funcionarios cubanos, entre ellos el jefe de terminación y reparación de pozos y el supervisor principal, a penas de entre 13 y 2 años de prisión, así como uno de ellos a 5 años de trabajo.
Para el agente de seguridad Pérez, el objetivo de Cotter podría encuadrarse en la intención de "dañar la economía cubana", pues no tuvo forma de justificar "de donde salían los fondos y por qué repartía el dinero".
Además en declaraciones a la televisión estatal, señaló que sus sospechas sobre el argentino surgieron a partir de "algunos antecedentes de su presencia en empresas petroleras norteamericanas, a finales de la década de los años 90". Según Cuba las supuestas maniobras ilícitas atribuidas a Cotter y DFS habrían causado perjuicios a la economía de la isla, tales como, pérdidas millonarias y daños a 14 pozos de crudo.