Con la pandemia de coronavirus mucho más vigente que semanas atrás en varios países de Europa, con la aparición de las nuevas variantes más contagiosas de esta enfermedad registradas en Brasil y Sudáfrica, y la llegada de las primeras vacunas -con mayor o menor grado de efectividad- que prometen combatir la infección, la Cruz Roja advirtió que se están marginando a los países más pobres del mundo.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) alertó que el 70% de las dosis contra el coronavirus fueron administradas en los países más ricos, una situación que calificó de "alarmante e injusta" porque podría prolongar e incluso agravar la pandemia. Por ello, la FICR lanzó un plan de 100 millones de francos suizos (9.750 millones de pesos) para ayudar a inmunizar a 500 millones de personas vulnerables.
Según un informe, los 50 países más ricos del mundo acapararon casi el 70% de las dosis administradas hasta ahora, mientras que los 50 países más pobres apenas administraron un 0,1% de las dosis disponibles. "Esto es alarmante porque es injusto y porque podría prolongar o incluso agravar esta terrible pandemia", expresó el secretario general de la FICR, Jagan Chapagain.
A su vez, remarcó que "la distribución equitativa es la única forma de resolver la emergencia de salud pública más urgente de nuestro tiempo"."En la carrera para poner fin a esta pandemia, todos remamos en el mismo bote. No podemos sacrificar a quienes corren mayor riesgo en algunos países para que los que corren menor riesgo puedan vacunarse en otros", agregó Chapagain.
Según la FICR, si grandes zonas del planeta no tienen acceso a la vacunación, el virus seguirá circulando y mutando, situación que podría llevar al desarrollo de nuevas cepas insensibles a las vacunas. El plan de la Federación Internacional no consistirá en comprar vacunas, sino en apoyar los esfuerzos nacionales de inmunización en una variedad de áreas.
En muchos países, el personal capacitado será responsable de la distribución física de las vacunas a los grupos vulnerables y de riesgo. El plan incluye también el combate contra la desinformación. Los voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja buscarán llegar a las comunidades e individuos social o geográficamente aislados para que no queden excluidos de la inmunización. "La igualdad no cae del cielo", cerró Chapagain.
De acuerdo a las última información, se estima que cerca del 90% de las habitantes en casi 70 países de bajos ingresos tendrán pocas posibilidades de vacunarse contra el covid-19 en 2021 Mientras, otras naciones, como Canadá, ya han comprado suficientes dosis para vacunar cinco veces a su población. Esto podría provocar que el virus siga mutando y hacer inefectivas las actuales vacunas: si la distribución no es equitativa, aquellos que están vacunados no estarán seguros. Además, esto podría producir consecuencias económicas, políticas y morales devastadoras.
Andrea Taylor, quien dirige la investigación del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke que rastrea la distribución de vacunas a nivel global, dialogó con la BBC y resaltó que los países ricos ya han comprado la mayor parte de las vacunas, mientras que los países más pobres luchan por obtener suficientes vacunas para cubrir incluso a sus poblaciones más vulnerables.
De hecho, países de ingresos altos tienen el 16% de la población mundial, pero actualmente cuentan con el 60% de las dosis de vacunas que se han vendido. Por esta razón, la principal preocupación es que los países de ingresos bajos y medianos simplemente no tendrán suficientes vacunas y que las personas que viven en países ricos estarán protegidas mientras el virus se propague en los países más pobres.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud advirtió que el mundo se enfrentaba a un "fracaso moral catastrófico" debido a las políticas desiguales de vacunación contra el covid-19. Los modelos recientes muestran que si los países ricos vacunan a sus poblaciones antes de garantizar el acceso a los países más pobres, la devastación económica costará entre US$1,5 y US$9,2 billones y al menos la mitad caerá sobre los países ricos.