por Lucas Morando
21 Septiembre de 2015 07:50No hay que confundirse: el Papa es el político más importante del mundo. No sólo es el Jefe espiritual (e incuestionable) de 1200 millones de fieles en el mundo, sino que su palabra tiene más fuerza que la de cualquier mandatario. Con cada discurso, crea realidad. No sólo cuando habla, también lo hace a través de sus gestos, guiños y, claro, regalando una foto. Cada cosa que hace y dice está detalladamente planificada. Y así debe ser: su palabra es la Dios.
Ayer comenzó su gira por Cuba y Estados Unidos y acá, en Nueva York, se respira la expectativa en las calles. Desde grupos religiosos, hasta obras de miles de millones de pesos en catedrales y, claro, reclamos sordos de algunos manifestantes que protestan en soledad.
Un hombre solicitó en la puerta de la Catedral de San Patricio la intervención por el proyecto “renewal”.
Una de las sorpresas de ese Papa político, la primera, fue hace unas horas en Cuba, durante su discurso en la Plaza de Revolución, con la esfinge del Che Guevara de fondo, frente a Raúl Castro y Cristina Kirchner, con sombrero y vestida de blanco, como Bergoglio.
Muchos creían que iba a condenar la persecución social del régimen castrista, incompleto de garantías institucionales. Al menos con un gesto. Pero no lo hizo. Algunos medios internacionales, como El País, lo cuestionaron.
“Lo único que llamó la atención del sermón de Bergoglio fue la ausencia -calculada, sin duda- de la más mínima alusión, ni explícita ni entre líneas, a la situación política y social que atraviesa Cuba”, disparó Pablo Ordaz, periodista del diario más importante de habla hispana, enviado a La Habana.
Algunos analistas internaciones apenas rescataron que durante su homilía, la primera de una larga gira de nueve días, la más extensa que emprendió hasta ahora, fue que pida a los fieles descartar las ideología para “servir a las personas”. ¿Qué habrá pensado la Presidenta durante ese momento, que viajó para tener una foto con Él un mes antes de las elecciones?
Bergoglio, jesuita de origen, no se refirió a la situación política mientras la policía del régimen arrestaba cuatro disidentes cubanos de la Unión Patriótica de Cuba (UnPaCu), una organización que pelea contra la represión. Querían entregarle una carta abierta con su reclamo. Nunca lo lograron. La cadena Univisión registró el momento de la detención.
Mientras tanto, acá, en Nueva York, comienza a tejerse el megaoperativo de seguridad para recibir al Papa, su tercera parada en el continente, que llegará el próximo viernes 25, para abrir la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, después de una reunión con Barack Obama en Washington el miércoles y una visita al Capitolio, el jueves.
Francisco abrirá el viernes la Asamblea General de las Naciones Unidas. Refuerzan la seguridad del edificio.
Ayer, frente al edificio de la ONU, un grupo de religiosos judíos realizaba una protesta en 46 st y 1st Avenue, exigiendo también ser escuchados días antes de que New York se llene de diplomáticos de 190 países del mundo (ver video). Aquellos que no tienen ningún interés político, o al menos aparente, también se sienten revolucionados por la visita de Francisco a los Estados Unidos.
“¿Quién soy yo para juzgar?”, es la frase del Papa que destaca en su pizarra un bar de Manhattan.
Un restó típico de acá, a una cuadra de la ONU, sacó su clásico cartel promocional del pizarrón de la puerta. No tiene más ofertas ni los platos del día. Hoy promueve una frase de Francisco: "¿Quién soy yo para juzgar?"