08 Octubre de 2017 10:20
Pasaron siete días desde que la balacera de Las Vegas conmovió al mundo. Se trató de la peor masacre en Estados Unidos desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Su autor, Stephen Paddock, fue encontrado muerto en la habitación del hotel Mandalay Bay desde la que asesinó a 59 personas y dejó heridas a más de 500. Junto a su cadáver hallaron un arsenal de armas y una misteriosa nota manuscrita, cuyo contenido se desconocía hasta ahora.
Aunque en un principio se pensó que se trataba de una nota suicida, lo cierto es que el hombre de 62 años había tomado notas y realizado los cálculos a mano para maximizar su puntería y matar a la mayor cantidad de personas posible. La masacre tuvo un único target: el público de más de dos mil personas que aquel sangriento sábado habían acudido al festival de música country Route 91 Harvest.
La nota se encontraba sobre una mesa, cerca de una de las ventanas que el millonario había roto con un martillo para poder dispararle a la multitud con rifles semiatuomáticos. “Pude ver en la nota que había escrito la distancia, la elevación a la que estaba, la gota de lo que su bala iba a ser para la multitud. Lo escribió y lo averiguó para saber dónde disparar para alcanzar sus objetivos desde allí", precisó a la cadena CBS David Newton, oficial de la unidad K-9 del Departamento de Policía de Las Vegas.
Aunque ISIS se adjudicó el atentado, las autoridades estadounidenses no encontraron conexiones entre el millonario y jubilado asesino y el Estado Islámico. Según trascendió, Paddock era una suerte de “lobo solitario”, que disfrutaba de una excelente posición económica y, llamativamente, era aficionado a la música country.
Además, se lo conocía por su adicción al póker virtual, las armas y los casinos, en donde solía apostar decenas de miles de dólares por noche. El retrato psicológico realizado por las autoridades de la investigación reveló que, además, poseía una gran inteligencia y aptitudes para las matemáticas, algo que aplicaba en sus apuestas y que, aquella noche, capitalizó para perpetrar la masacre.