La visita de Mauricio Macri a los Estados Unidos podría dividirse en dos aspectos: en una primera instancia, temas de agenda concretos vinculados al intercambio comercial y el anuncio de una serie de modificaciones en el sistema que permite el acceso de argentinos al país del norte. Pero también tiene el objetivo de fortalecer las relaciones con un país al que Donald Trump ve como un socio fundamental en las relaciones con América Latina.
Por un lado, se sabe, la agenda de temas prevista para este mediodía es más que ambiciosa, tanto en la reunión privada de 15 minutos como en el posterior encuentro ampliado que incluye almuerzo con ambas comitivas oficiales y la presencia de las primeras damas, Melania Trump y Juliana Awada.
Mauricio Macri viajó el martes por la noche los Estados Unidos. Ayer estuvo en Houston.
De todos modos, una hora y treinta y cinco minutos (el tiempo previsto para esas dos actividades) no producirá grandes anuncios ni medidas concretas aunque, por supuesto, sí dejará mucha tela para cortar y temas en los que ambas gestiones comenzarán a trabajar.
El foco, en cambio, está puesto en el futuro de la relación entre ambos mandatarios. Trump ve en Macri un socio fundamental en América Latina. El porqué es muy claro. La Argentina es uno de los países más ricos de la región junto con Brasil. Y la relación personal entre ellos data de los años ochenta, mucho antes de que fantasearan, con sustento en la realidad, ser presidentes de ambos países. En aquellos años, Macri se dejaba ganar por Trump en relajadas partidas de golf, en el medio de negocios millonarios que nunca se concretaron.
Ambos gobiernos están interesados en retomar una relación de lazos profundos.
Por eso, el temario previsto para este mediodía en términos comerciales es apenas un punto de los previstos para el encuentro oficial. Limones, biodiesel y la desclasificación de archivos secretos de la última dictadura componen algunos de los ejes que llevará la comitiva argentina. Pero no el único.
Cierto es que tienen previsto conversar sobre uno de los temas que más preocupa a la región por estas horas: la situación en Venezuela, en un contexto de represión estatal que ya provocaron más de 25 muertes en las calles y masivas marchas a favor y en contra el régimen de Nicolás Maduro. Ese hecho no sería un dato menor, sobre todo si se comprende que el foco está puesto en avanzar en una relación más cercana con el país del norte en términos políticos y comerciales.
Pero además, otro dato que podría producir cercanía entre Trump y Macri es otra pata fuerte en términos económicos de América Latina, como es Brasil, donde el ex presidente Lula Da Silva (Partido de los Trabajadores) se presenta en las encuestas como una de las figuras más fuertes para retomar el poder, tras un año complejo, ya que en mayo del año pasado fue destituida Dilma Rousseff y asumió en el cargo Michel Temer.
En marzo de 2016 Obama visitó la Argentina. Un cambio en la relación entre ambos países.
La visita de Barack Obama a la Argentina en marzo de 2016 no fue un dato para nada menor en el objetivo de Macri para retomar el vínculo con los Estados Unidos, tras años de distancia durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. A la visita de Macri por Houston y Washington de esta semana hay que sumarle el llamado telefónico que tuvieron en febrero.
Fue en esa charla de apenas cinco minutos que mantuvieron la tarde del 15 de febrero pasado que Trump invitó a su par argentino a visitarlo en Washington. Ese intercambio giró en torno a temas “comunes” de las gestiones de cada uno, pero el párrafo en el que mantuvieron coincidencia fue al analizar la situación en Venezuela. Ayer hubo otra señal del Gobierno argentino: la canciller Susana Malcorra pidió tras una reunión en la Organización de Estados Americanos (OEA) no “hacerse los distraídos ante la realidad que se vive” en ese país. La respuesta oficial de Venezuela fue clara: anunciar el retiro de esa organización.
Una de las claves del encuentro de hoy será la difícil situación que atraviesa Venezuela.
Las dudas respecto al futuro de la relación entre ambos Argentina y los Estados Unidos se habían gestado durante la campaña electoral estadounidense, cuando la propia Malcorra remarcó explícitamente el respaldo a la candidata del Partido Demócratra, Hillary Clinton. Tras la victoria de los republicanos que sorprendió a todo el mundo, hubo un llamado telefónico de Macri a Trump para felicitarlo.
Ahora, tras el encuentro que mantendrán este mediodía en Washington se buscará sellar una relación que fue forjada varios años atrás, con varios aspectos en común. En un futuro cercano, tal vez sea 2018, no se descarta una visita de Trump a la Argentina.