Una familia dividida por la codicia. La repentina muerte de Bobbi Kristina Brown, la única hija de Whitney Houston, desencadenó una descarnada guerra familiar por los US$ 20 millones que la joven de 22 años había heredado de su madre. Sin embargo y pese a la especulación mediática, la temprana muerte de la adolescente anuló el proceso de sucesión ideado por la cantante antes de ser encontrada sin vida en 2012.
“Bobby pretende quedarse con un dinero que no le corresponde. Vamos a pelear por cada centavo del trabajo de nuestra hermana e hija”, reconoció al diario USToday una fuente cercana a la familia, cuando Bobbi todavía peleaba con su hija y los rumores de una puja por los millones ya se filtraban en la prensa.
El testamento dispone que heredarán su fortuna la madre y los hermanos de Whitney.
El testamento de Whitney, firmado en febrero de 1993 y ratificado siete años después, dispone instrucciones precisas sobre el destino de su fortuna y objetos personales. Si bien Bobbi fue su heredera universal, todavía no disponía del total de su patrimonio. Tal como solicitó su madre, la joven recibió el año pasado el 10 por ciento de la fortuna al cumplir la mayoría de edad. Luego, al alcanzar los 25, sumaría un 17 por ciento más, hasta alcanzar la totalidad recién a sus 30.
La muerte de Bobbie convierte de inmediato a su padre, Bobby Brown, en heredero directo del patrimonio de su hija. Sin embargo, el cantante sólo podrá quedarse con un porcentaje de los US$ 2 millones que llegó a cobrar la adolescente. Los millones restantes serán divididos entre Emily Cissy, la madre de Whitney, y los hermanos de la cantante: Michael y Gary.